Todos alguna vez estaremos Oliendo Pelusas.

¡Bienvenido seas alma perdida!

Anteriormente, hablando del año 2009, este espacio estaba dedicado a la publicación de sandeces, aka fan fiction de la banda alemana de poprockpunknoseque Tokio Hotel.

Sin embargo, después del tiempo que ha sucedido, la temática ha cambiado y, aunque en los archivos están aún esas sandeces, probablemente los escritos que aparecerán próximamente sean más de otros temas, que de la misma banda.

Éste sigue siendo su espacio, éstas siguen siendo sus letras, y esta siempre será la agonía de las palabras.


viernes, 20 de mayo de 2011

Capítulo 44 – Reden

-Creí que sus habitaciones eran del estilo más interesantes- me dijo ella, sin titubeos, le sonreí galantemente, solo la miraba, de arriba abajo

-¿Qué quieres de tomar?- le pregunté, ella levanto una de sus manos y se sentó sobre la cama, yo la seguí y le ofrecí un poco de jugo, me senté a su lado y comenzamos a ver la televisión

-Para ser una chica bonita que esta en mi habitación no-

-Jamás había estado sola con un chico- me dijo bajando la mirada- no sé que puedo decirte ni que podemos hacer.
A mi solo se me vino una idea a la cabeza, pero ella... estaba tan triste ...

-Podemos hablar- le dije apagando la televisión y sentándome frente a ella – hablame de ti

-Soy Robín Bellamy, no tengo padres ni hermanos, solo a mi abuelo y a Óscar, siempre he vivido en Toledo, no sé que quiero ser cuando sea grande, ni cuales son mis opciones

-Yo soy Tom- le dije interrumpiéndola bruscamente, ella levantó la cara y me miro con el ceño fruncido- Tengo un gemelo, mis padres viven en Alemania y casi nunca los veo. Me gustan mucho los animales, cuando estoy aburrido escucho musica, veo la televisión, hablo por teléfono, me duermo o leo un buen cuento. También me gustan los vídeojuegos, o tocar la bateria ¿tu tocas algun instrumento?

-Me gusta el violín- dijo con una sonrisa- y también el piano, toco esos dos y también el chelo

-Odio la escuela- le dije riendo pícaramente- Bill y yo no vamos desde hace tiempo

-Yo jamás he ido a una... bueno, cuando era pequeña y vivía en Canadá, con mis padres, pero desde que llegué acá mi abuelo me ha puesto institutrices

-¿Te gusta?- le pregunté

-A veces- parecía avergonzada- lo único bueno es que se me ha permitido estar junto a Shara, pero las clases a veces son muy pesadas y las maestras un tanto impacientes. He de admitir que si no soy una ignorante es por ellas

-Tus padres ¿donde están?- le pregunté, un segundo después me arrepentí

-Ellos murieron cuando yo era muy pequeña, nuestro auto se volcó en la calle- me dijo, yo apenas y pude parpadear- a veces los extraño mucho

-Yo... lo lamento mucho- fue lo que pude decirle, de manera torpe y sintiéndome terriblemente estúpido

-Gracias- me dijo ella con una sonrisa- ¿Sabes? Ahora que lo recuerdo, nadie me dio un abrazo cuando pasó y al llegar a Toledo, mi abuelo solo dijo llévenla a su habitación

-Ven aquí- le dije en un susurro, yo ya la abrazaba, ella se quedó inmóvil, su respiración era pausada y su corazón latía exageradamente. Después de 5 minutos, tal vez más, ella puso sus manos en mi espalda y recargó su cabeza en mi hombro

-Gracias- me dijo, yo sonreí y la abracé más fuerte, ella lo hizo igual.
No me di cuenta del momento en el que el abrazo termino, pero comenzamos a hablar, de todo, de cualquier cosa, de nada. Ella y yo solos en mi habitación de hotel, entre coca cola y una cena exquisita.

-Siempre creí que serías un rubio tonto- dijo con una carcajada, salía del baño de mi cuarto, ambos listos para bajar a desayunar

-Yo creí que tu serías una amargada ¡oh, espera! Lo eres- le dije abrazándola por el hombro.

Ella se burló de mi metiendo una rasta en mi oreja. Salimos de ahí y nos encontramos con los demás en medio pasillo. Nadie hizo preguntas. Nosotros no dijimos nada, pero ahora creo que ella es mi amiga. Y yo soy su amigo.

Que extraño, solo nos pusimos a hablar.

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