Todos alguna vez estaremos Oliendo Pelusas.

¡Bienvenido seas alma perdida!

Anteriormente, hablando del año 2009, este espacio estaba dedicado a la publicación de sandeces, aka fan fiction de la banda alemana de poprockpunknoseque Tokio Hotel.

Sin embargo, después del tiempo que ha sucedido, la temática ha cambiado y, aunque en los archivos están aún esas sandeces, probablemente los escritos que aparecerán próximamente sean más de otros temas, que de la misma banda.

Éste sigue siendo su espacio, éstas siguen siendo sus letras, y esta siempre será la agonía de las palabras.


sábado, 22 de agosto de 2009

Capitulo IV – Un día mas

Desperté en el silencio de la mañana…

-¿Catalina?- le hable, y no obtuve una respuesta. Salí de la habitación aun en pijama, un short pequeño y camisa de tirantes negro con morado.

Vi una nota en lo que aun no era una sala acomodada

“Regreso en un rato”

Firmo hace casi 2 horas…

-Oh Dios, se me ha hecho tarde, son las 11 de la mañana y Catalina no me despertó, iré a ver que trajo ayer para desayunar- si hable sola XD!

Iba camino a la cocina y tocan la puerta

-Ash- comencé a decir y abría la puerta-¿Por qué no me despertaste?, ¿A dónde fuiste?, ¿Por qué has estado así? Yo no sé qué te pasa, un momento estas feliz y al otro pareces enojada

Todo esto se lo decía caminando a la cocina

-Que dirá Gisela de mí, que soy una impuntual, se ve que es una persona comprensiva pero aun así, Catalina, por qué haces siempre eso…

-Y no hay nada para desayunar, podrías decirme que estaban haciendo tu y Tom ayer, porque eso de la tienda de antigüedades, es el pretexto más viejo que te conoz…

Asome la cabeza y me quede callada, la persona que estaba parada ahí, con una gran bolsa en la mano, no era Catalina, si no el mismísimo Tom que me miraba de manera graciosa apunto de soltar una carcajada

-Tom- dije saliendo de la cocina- discúlpame, pensé que eras Catalina, ella salió desde temprano, no te esperaba, que pena

-No te preocupes- dijo cerrando la puerta- por lo que escuche no has desayunado, así que no me negaras la invitación a hacerlo, en tu no acomodada sala- y rio

Me puse roja como un jitomate sin decirle nada, hasta que dijo “linda pijama” corrí a mi cuarto a ponerme un pants y una sudadera, amarrarme el pelo y hacerme algo en la cara

El ya no estaba ahí, me dirigía a la cocina cuando me llamo al balcón

-Nadie pasa por aquí, es un barrio un poco solitario, pero protegido- me decía mientras ofrecía la silla frente a el

-Gracias por el desayuno, en realidad me encuentro muy apenada, no solo por el desorden, si no por lo que te toco escuchar, y mis fachas- en verdad yo me encontraba muy mal vestida, desvelada, medio cruda, hinchada y con ganas de que me tragara la tierra

-Discúlpame tu a mi- dijo sirviendo dos tazas de café- vine sin avisar, y creo que más o menos temprano, no debes preocuparte por lo que diga Gisela, ellos les han dado un día más de descanso, para que conozcan la ciudad y sobre todo la ubicación del nuevo estudio, deben saber cómo llegar, uno o dos?

-¿Un día más de descanso? ¿Catalina ya lo sabía?- le dije un poco alterada

-Cálmate- decía el divertido- fue una decisión tomada a último minuto, todos hemos estado de acuerdo, y como queremos que se sientan cómodas aquí, les dejaremos todo a su alcance, ¿uno o dos?

-No me gusta el café- dije sin pensar y un poco molesta- porque no me dijo nada?

-No hagas berrinche Haru, debemos aprovechar el día, ir de compras, conocernos un poco, y decirme que tomas en lugar de café

-Disculpa Tom, es que me choca que sepa las cosas que nos importan a las dos y no me diga nunca nada

-Pues - dudoso- creo que ella sabía algo, o no lo sé, pero no creo que te lo haya ocultado adrede, seguro fue de compras, y nosotros deberíamos hacer lo mismo, o acomodar los muebles, o simplemente quedarnos aquí sentados todo el día admirando nuestras bellas caras, ¿no te gusta el plan?

Dos segundos después de eso ya estaba atacándome de la risa, Tom sirvió jugo en dos grandes vasos, y un delicioso panque, desayunamos conversando un poco sobre qué es exactamente lo que haríamos con Allison, en ese momento note muchos cambios en el, es otra persona, ya no tiene esa mirada lasciva, no ha hecho ningún comentario sobre sexo, me pregunto qué es lo que lo hizo cambiar tanto.

Nos pusimos de acuerdo en salir a comprar unas cosas dentro de una hora, el fue a casa por Bill, mientras tanto, saque todo de mis maletas esperando encontrar algo decente, pero no encontré nada, jajaja

Me di una ducha, y me vestí de pantalón negro y una blusa color morado más unos leves tacones.

No espere mucho y los gemelos Super Star ya se encontraban del otro lado de la puerta.

Catalina me llamo en el camino diciendo que ya estaba en casa, le explique el plan, y se enojo mucho de que no le llamara para decirle pero que podía hacer.

Fuimos a comprar cosas para llenar la alacena, el refrigerador, pero sobre todo el congelador, lleno de helados.

Conocí la ubicación del estudio, esta como a media hora de nuestro departamento, y la casa de los Gemelos que quedaba como a cinco minutos del estudio.

Al cabo de un rato nos fuimos a comer, mientras me mostraban los rincones por lo que pasábamos y contaban anécdotas de su nueva vida, de los nuevos discos, y todo lo que había pasado en esos dos años de vida de Allison

-Esa es la razón! ¿Por eso hace deliciosos postres?- les dije sorprendida

-Así es- decía Tom- Gisela es un chef extraordinario, aquel Hotel en Paris sufrió mucho cuando ella de un día a otro desapareció

-Siiiii, yo recuerdo eso- lo interrumpió Bill- pero Gustav estaba tan feliz que lo apoyamos a costa de todo, en menos de una semana ya estaba todo preparado para el traslado de ella a Alemania junto a su familia, especialmente sus padres, se casaron unos meses después, y casi un año para que Allison viniera a darle un vuelco a nuestras vidas

-Y de qué forma, ¿Recuerdas cuando no durmió en toda la noche, Bill?

-Como olvidarlo- me decían mientras se reían sin parar- Geo estaba tan preocupado, se paseaba se lado al lado del cuarto preguntándose que mas podía hacer

-¿Y cómo lo resolvieron?- les dije intrigada

-Eso lo hizo Gustav, simplemente la acurruco en sus brazos y comenzó a cantarle “Heilig” a todo pulmón, fue una escena hermosa

-Bill estaba a punto de llorar- se carcajeo Tom

-Tú también!- le dijo Bill aventándole una servilleta echa bolita

Antes de regresar a casa, Bill nos pidió de favor que lo acompañáramos a una misteriosa tienda, le daba parecido a cualquiera instalada en el callejón “Dyagon” de “Harry Potter”

-No hace falta que me acompañen, solo no se vayan sin mi- dijo bajando del auto

-No te prometemos nada- le dijo Tom cantando, y no pude evitar soltar una carcajada

-Lo siento- le dije de pronto ahogando la risa- es que…

-¿Nunca me habías oído cantar?- me dijo haciendo la típica pose de galán

-Sí, pero jamás pensé oírlo tan cerca- y no pude evitar reír otra vez

-Considérate afortunada… ¿Podrías ir por un red bull a la tienda que está a la vuelta de la esquina?- Le dijo Tom al conductor

-Pero Joven, es peligroso que se queden aquí solos

-Quieres algo Haru?- le dijo Tom ignorándolo vilmente

-No, gracias, y creo que tiene razón

-No te preocupes, no pasara nada…Si quieres llévate las llaves y dejarnos encerrados, anda te doy permiso- le decía Tom con un tono entre sarcástico, cínico, enojado, burlón, pero sobre todo, un tono autoritario

El conductor bajo del auto y se llevo las llaves, Tom encendió la radio, si se preguntaban que escuchan los chicos de Tokio Hotel después de tantos años, debo decir que les gustan sus propios clásicos, comenzó la suave melodía de Don’t jump, y él empezó en un intento de tarareo que resulto bastante especial

Bastaron unos segundos para que yo me encontrara recargada en el asiento trasero, con mis ojos cerrados, sin importarme nada mas, solo sentí el roce de sus manos por mis mejillas, y al abrir mis ojos lo vi tan cerca que por un momento creí que iba a desmayarme, el solo me miro y me dijo…

-Los próximos meses estaremos alejados, no quiero que pienses que no tengo ganas de conocerte, no sé por qué quiero estar todo el tiempo contigo, eso me disgusta

Sin darme cuenta, Tom ya tenía una de sus manos en mi cintura y la otra tomando mi barbilla con un poco de rudeza, yo no sabía qué hacer, uno de mis sueños ahora estaba ahí, simplemente no me atrevía, y hasta tenía un poco de miedo.

Me besó.

No pude resistirme, ni si quiera moví mis manos, solo cerré mis ojos y me deje llevar.

El juego con su lengua y con su piercing, es delicioso, comenzó a besar mi cuello, y yo, que puedo decir, me encontraba en el momento y el lugar indicados, o al menos eso creía, cuando abrí mis ojos me encontré con la espectral sombra de Catalina del otro lado de la ventanilla…

-Catalina- dije temblando de miedo, y no sé porque, pero ella me estaba viendo horrible

-¿Ella qué?- Tom me miro, y volvió a besarme, lo separe un poco de mi para decirle que se encontraba parada ahí afuera, volvió a mirarme, con una sonrisa de complicidad en su rostro, se sentó un poco separado de mi, entrelazo sus dedos y no dijo nada más.

Ni siquiera volteo a verla, no tardo mucho para que ella se encontrara ya de mi lado tocando la ventana, Bill llego a nuestro rescate unos segundos después, seguido del conductor y adivinen que, no traía red bull alguno.

El camino de regreso a casa fue de lo más estresante, nadie decía nada, Tom, Bill y yo íbamos juntos en el asiento trasero del auto, Catalina sin preguntar nada, se fue en el del copiloto, y solo me veía por el retrovisor con una mirada que le daría escalofríos a Drácula.

Llegamos, ella se bajo primero sin decir nada, y yo no sabía por qué tanto enojo de su parte.

Entramos al departamento, y para mi sorpresa ya todos los muebles estaban en su lugar, y no solo eso, había un nuevo decorado, en muchos colores, muchas fotos, y muchas flores.

Las alfombras estaban acomodadas en sus lugares, y nuestros extraños bancos favoritos, de esos que parecen un nido, en el cuarto que da al balcón, uno que por cierto no es nada privado, da a la sala con un gran ventanal de vidrio semi transparente, junto con la mesa de centro, y la foto del día de mi cumpleaños.

-Espero que sea de tu agrado Matilda, hoy es día de dar sorpresas- dijo ella retirándose a su habitación, pidiendo una disculpa a los chicos por no poder quedarse con ellos.

-¿Está enojada? Me pregunto Bill en voz baja, mientras todos caminábamos con las compras hacia la cocina

-Eso es obvio Bill- le dijo Tom sacando un vaso de la vitrina, y sirviéndose refresco, después de darle un trago dijo- lo que no se, es porqué.

Sonó el teléfono de Tom y salió de la cocina, Bill me miro curioso, y yo a él desconcertada, regreso Tom para decirnos que se tenía que ir, que lo lamentaba, lo acompañe a la puerta

-Así que le gusto a tu amiga, ¿no?- Me dijo fuera del departamento

-No lo sé- le dije de lo más distraída

-Es obvio, si no porque otra razón estaría enojada, no la culpo

Solo lo mire sin decir nada…

-Me dio gusto pasar el día contigo, espero que te la hayas pasado bien tu también- me dijo mientras me pegaba a la pared sutilmente con su cuerpo, y yo nuevamente como el agua que solo se deja llevar

-Me la pase bien- en un momento de valor, logre separarlo de mi… el tomo mi mano, y la puso en su pecho, mientras me miraba

-Nos veremos pronto Haru, hay que ir juntos a bailar- beso mi mejilla suave y lentamente, y yo no podía decir nada, recargo su frente en la mía, y un segundo después, ya estábamos de nuevo hundidos en un beso, uno suave, lento, me mordió el labio inferior haciendo que sangrara, puse la mano en la herida, el sonrió, me beso fugazmente y me dijo adiós.

Había olvidado que Bill estaba aun en la cocina, por lo que entre con mi cara de boba, y la mano aun en mis labios

-Ay no!- se quejo Bill sobresaltándome un poco- déjame ver esa herida

Me sentó en uno de los bancos, y la observo detenidamente, saco una cosa de su ¿bolso? XD, y me la aplico, calmándose el ardor y deteniéndose el leve sangrado

-Tom es un salvaje- me dijo provocando el encendido automático de mis mejillas- espero que no te haya hecho más daño- eso ultimo lo dijo un poco divertido

-No Bill, no es lo que piensas, yo…ehm…soy torpe, y me pegue entrando…choque con la mesa- yo quise decir puerta- y soy delicada

-¿Te pegaste con una mesa en la boca?, no te oí caer, además- se acerco a mi exageradamente y casi caigo del banco- hueles a él.

Qué vergüenza, Bill me ha cachado en la movida y falle en mi intento de inventar una excusa, cuando me pregunto que si había pasado antes, mis mejillas volvieron a delatarme provocando que él riera a lo alto, terminamos de acomodar las cosas, y entre risas, nos dirigimos al “cuarto del balcón”, encendimos un cigarrillo, y nos sentamos a ver cómo caía la noche.

-No me digas que por eso se enojo- me dijo de un momento a otro chocando sus palmas con sus rodillas

-No lo sé- le conteste sin mirarlo- ella nos vio en el auto, Tom se acomodo en su asiento, y ni siquiera volteo a mirarla

-¿Se acomodo en su asiento?- me pregunto atacado de la risa

-Me refiero- tratando de defenderme- que volteo a ver al frente, el estaba dando la espalda a la ventana, cuando le dije que ella estaba ahí, se hizo el desentendido, y a Catalina le choca que la ignoren.

-Mi hermano es un caso especial- me dijo soltando el humo- a pesar de que ha cambiado bastante, le sigue gustando…pues, gustarle a las chicas, sigue siendo un poco cínico, pero ya no es el mismo, habrá tiempo para que el te cuente, si es que quiere hacerlo, aunque- y volteo a verme tomando mi mano libre- yo creo que él te contara.

Acompañe a Bill abajo, se despidió con la promesa de vernos pronto “Que se repita lo de hoy”, grito dentro del auto de manera burlona.

Subiendo las escaleras, Gisela me dijo que nos esperaba mañana a las nueve, le dije que ahí estaríamos, así que subí al departamento, y al cerrar la puerta, note el olor a vainilla, ese olor que desprendía Catalina cual pelota nueva, vi su sombra en el cuarto del balcón, ella fumaba y fui a acompañarla

-¿Te divertiste?- me decía un poco ebria

-Sí, ¿tu donde estuviste todo el día?

-Como soy buena amiga- se levanto y se giro en torno mío- salí toda la mañana a buscar un decorado que le gustara a la señorita, mientras ella se besuqueaba en el asiento trasero de un auto, cual vil zorra

-Catalina, no te permito que me hables así, no hice nada que esté prohibido

-No me chocas tu, si no él, y yo misma por creerle, quieres saber que hicimos ayer…eh? ¡Quieres saber que hice anoche en ese mismo asiento trasero!- me grito desesperada- él es el mismo, mira Haru, yo no quiero que sufras por causa suya, yo te quiero mucho, no quiero verte llorar por un hombre de nuevo.

Se fue a su habitación y la escuchaba sollozar, ¿hice algo malo?... Fume otro cigarro y me fui a dormir con la esperanza de un mañana mejor, aunque… no puedo dormir, si no hubiera llegado Catalina, habría pasado lo mismo que con ella, la noche anterior?….¿que paso esa noche?

Con quien estamos jugando

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