Todos alguna vez estaremos Oliendo Pelusas.

¡Bienvenido seas alma perdida!

Anteriormente, hablando del año 2009, este espacio estaba dedicado a la publicación de sandeces, aka fan fiction de la banda alemana de poprockpunknoseque Tokio Hotel.

Sin embargo, después del tiempo que ha sucedido, la temática ha cambiado y, aunque en los archivos están aún esas sandeces, probablemente los escritos que aparecerán próximamente sean más de otros temas, que de la misma banda.

Éste sigue siendo su espacio, éstas siguen siendo sus letras, y esta siempre será la agonía de las palabras.


sábado, 29 de agosto de 2009

Capitulo VII – Su nombre….Desconocida

Y ahí estábamos, Tom sin mirarme, yo sin saber que hacer o que decir, fueron tal vez 5 de los minutos más estresantes del mes, el teléfono interrumpió el silencio, era catalina

-Haru, hermosa, ¿Está todo bien?

-Si Cat, ¿Tu como estas?

-Muy bien, solo quería saber si ya estabas en casa, regresare mañana por la noche, te extraño

- Yo también te extraño, ya estoy aquí, me pondré la piyama y veré películas cursis toda la noche

-¿Estas deprimida?- dijo de pronto

-No, solo que te extraño, cuídate y regresa con bien, no tomes tanto, ebria perdida!- le dije riendo

-No mami, no tomare- me dijo ya con unos cuantos mililitros de alcohol- Nos veremos mañana, te amo

-Tambien te amo, hasta mañana.

Y colgó, ahora Tom lucia enfadado, ya me miraba pero seguía sin decirme nada… empezaba a irritarme.

-Si no quieres estar aquí- le dije caminando a la cocina- ahí esta la puerta.

Entre, tome un vaso y me servi un poco de jugo

-Entonces tu y ella si tienen una relación- dijo de pronto entrando en la cocina, parándose frente a mi

-La misma que tu tienes con Georg- le dije sin mas

-Georg y yo no nos estamos besuqueando- me dijo molesto. Lo que hizo que me enojara también

-Y eso a ti que?, No tengo por que darte explicaciones de mi vida personal, ni de nada, no somos nada, solo contemporáneos. Yo soy una chica mas, y tu eres un niño caprichoso, asi de sencillo.

Sali de la cocina enfurecida, me meti al cuarto del balcón, encendí un cigarrillo, y ahí me quede sentada, viendo hacia la nada, llego Tom y se sento junto a mi sin decir nada, tomo un cigarro lo encendio y se acomodo

-Es verdad- dijo después de un rato- tu y yo no somos nada.

Mis ojos se humedecieron un poco, no lo mire, no hice ningún movimiento, no le dije nada

-Hace casi un año, conoci a dos chicas- comenzó a decir- y yo en mi deseo de tenerlas a las dos, me quede solo, y ellas que se habían peleado por mi, decidieron que el que sobraba era yo, me mandaron a volar, y ahora ellas están juntas al igual que tu y Catalina. Disculpa mi reacción, es solo que recordé eso y lo tome como un insulto a mi ego, no quiero que pienses que quiero conquistarlas a las dos, yo no tengo intención alguna de conquista con…

-Ya basta Tom- lo interrumpi- Catalina y yo no tenemos una relación de noviazgo como tu estas pensando, ella y yo somos amigas desde hace tiempo, la conoci en una situación particular, pero eso no quiere decir que lo hagamos a diario, solo nos reconciliábamos

-Disculpa si te lo digo- me miro- pero tienen una forma curiosa de reconciliarse- y sonrio como un bobo

-Quieres algo de tomar?- le dije apagando el cigarro, note cambio en el tono de nuestras voces, creo que ya es hora de hablar como gente civilizada.

-No te preocupes, yo preparo algo- se levanto y se dirigio a la cocina.

Tom conocía exactamente la ubicación de las cosas en todo el departamento, en ese momento me pregunte si el sabia que había dentro de aquel cuarto que estuvo cerrado desde el principio.

Despues de un rato, llego con una charola de botanas y dos bebidas de dudosa procedencia vamos, son inofensivas dijo prácticamente empinando el vaso

-Brindemos por las reconciliaciones- dijo de manera burlona y poniendo el vaso en lo alto

-Salud- dije un poco temerosa, y hasta el fondo…

Después de tres iguales, ya nos encontrábamos camino al estado tropical, intercambiando cigarrillos y miradas coquetas.

-Ya estas borracha- me dijo pícaramente señalándome con el índice

-Claro que no, esto apenas comienza, y no me señales- le dije riendo sarcásticamente

Eran cerca de las once y el hambre comenzó a atacarnos, Tom se ofreció a hacerme unos deliciosos sandwiches, si, esos de Tokio Hotel TV, se estaba tardando demasiado y fui a auxiliarlo, lamentablemente tenia serios problemas con el Microondas, el señor inteligente no se explicaba por que no calentaba, la razón era sencilla, si no esta conectado, pues no funciona, o al menos eso creo que fue lo que le dije, preparo unos coquetos platos y los llevo al cuarto del balcón mientras yo servia, o al menos intentaba, dos vasos de Coca Cola, cuando iba en camino hacia alla, vi a Tom parado en medio de la sala, exactamente frente a aquel cuarto cerrado a perpetuidad, sin darse cuenta de que lo miraba, saco una llave de uno de sus bolsillos, parecía que la cargaba a todos lados, camino en medio de un letargo y abrió esa puerta…

Entro en ella, yo lo segui con la mirada, cuando se perdió de mi vista, entre sigilosamente tras el; estaba parado en medio de la habitación, las cortinas estaban abiertas, había un piano, tres grandes sillones, un dvd, una pantalla, tres vasos vacios, un cenicero con algunas colillas…

Seguia ahí parado, sin decir nada, sin hacer un movimiento, parecía que lo examinaba todo con su mirada, trago saliva y volteo a verme…

En sus ojos se asomaba un intento de lagrima y parecía que sus labios tenían una explicación…

-Aquí la vi por ultima vez- me dijo con una tremenda tristeza y un nudo en la garganta, yo no le dije nada, en realidad no por que no quisiera, si no por que no sabia que podía decir

-Esa es la razón por la que este cuarto esta siempre cerrado, se quedo como la ultima vez que entre, ella salió y sin importar que había dentro, jamás se había vuelto abrir, desde hace casi dos años…

-Yo- continuo, parado en el mismo lugar- me enamore como un idiota, le crei todo, me sedujo todo en ella, su voz, su mirada, el color de su piel, el aroma de su cabello, la forma en la que me decia te quiero, te amo, la forma en la que me tomaba de la mano y miraba al horizonte, esperando un futuro maravilloso para los dos.

-Fui presa de su encanto, y no vi lo que era tan claro para todos, estuvimos juntos casi dos años, era un poco mayor, tan inteligente, sutil, parecía que estaba hecha a mi medida, sabia cuando decirme que no, y cuando seguirme el juego…

-Viviamos juntos Haru –me miro con un poco de desesperación, intente acercarme a el pero hizo una seña de que me quedara en el lugar donde estaba- aquí compartimos mucho, aquí se suponía que entregamos todo, y ella…

-Ella un dia no me llamo, yo estaba en el estudio y me preocupe, estaba paranoico, asi que sali como alma que lleva el diablo, manejando como un loco…llegue al departamento, no había rastro de nadie, hasta que escuche venir desde esta habitación dos voces, una era la de ella, la otra provenía de un chico, uno desconocido, iba a entrar a la fuerza… pero la escuche reir y supuse que nada malo pasaba, camine tranquilamente a la puerta y cuando estaba a punto de abrir, escuche las cosas mas despreciables que espero jamás volver a oir…

-A veces tengo miedo de que lo ames de verdad, preciosa- dijo el chico en tono ironico

-Vamos, no bromees de nuevo con eso, sabes que todo siempre ha estado planeado, no niego que es atractivo, cumple con todos mis caprichos, esta prácticamente loco por mi, jamás le pasara por la mente lo que en verdad quiero, lo que en realidad queremos, amor- concluyo ella con una pequeña risa, y un beso

-Deseo que termines con esto lo mas rápido posible, ya no puedo sobrevivir estando asi, viéndote solo una vez por semana, además, la idea de que disfruta de tu cuerpo todas las noches, es insufrible

-Sabes que no es verdad, solo quiero su dinero y su ruina, se lo merece por tratar de burlarse de mi hermana y ser el causante de su aborto, no sabes que asco me doy cada noche que estoy con el, cada palabra suya, cada caricia, solo quiero que todo termine…

-No pude mas- me dijo Tom con la voz completamente quebrada- abri la puerta y me fui contra el tipo, ella lo defendió, entre el forcejeo se cayo y se pego en la esquina del piano – me señalo una mancha de sangre- no fue nada grave, un simple raspon, me repitió todo lo anterior entre risa y llanto, mas uno que otro verbo o adjetivo mas, salió el tipo, nos quedamos un instante ella y yo a solas, dijo nunca te ame, salió corriendo y cerro la puerta principal, no la he visto jamás después de eso…

-No sali de casa de mi hermano por tres semanas, aun no podía creer todo eso, el siempre me apoyo, pero decidi que era hora de terminar con ese dolor, me puse en pie, y seguimos con el disco, ese tiempo fue esencial para mi y para Allison, me uni tanto a ella en estos años, y al final, logre terminar todo vinculo con… ella.

Se limpio una lagrima y camino hacia mi, yo me quede inmóvil y con muchas preguntas que hacer, pero no quería ser mas inoportuna, entrelazo sus dedos con los mios, beso mi mano y después me entrego la llave

-Ya no es necesario que este cerrado- me dijo regalándome una sonrisa y dándome un beso en la frente, salió de la habitación y camino hacia el cuarto del balcón, cerre la puerta nuevamente, meti la llave a mi bolsillo, y entre con el.

Despues de una silenciosa y rápida cena, parecía que todo era mas ligero, aunque tenia los ojos un poco razados, tenia un gesto placentero, como si hubiera descargado algo del alma

-Y esa es la razón por la que estoy tan cambiado- dijo de pronto dando un aplauso y mirándome irónicamente- por que me enamore de una cualquiera que me puso el cuerno en mi propio departamento- y solto una carcajada.

Se levanto y salió del cuarto, solo lo segui con la mirada y vi que entraba a la cocina, eran ya las doce, regreso con una botella de Whisky y dos copas

-Brindemos por que ya es domingo, por que estamos juntos, por que ahora sabes la parte oscura de mi vida, por nuestra amistad, por nuestras vidas- chocamos las copas y hasta el fondo.

Parecia que nada había pasado, comenzamos a bromear de nueva cuenta, a fumar, y cuando menos lo esperaba, sentí un terrible vértigo

-Tom, soy alérgica al whisky- le dije riendo torpemente

-Creo que necesitas un poco de aire- me dijo completamente ahogado- vamos a la azotea

-Pero eso no estará bien, el aire nos hara mal- le dije sirviéndome otro trago y rellenando su copa- ahoritita se me pasa

-no no no no- dijo levantándose de manera necia- vamos a la azotea

Me cargo como pudo, y como estaba mareada, no pude resistirme, cargue la botella, los cigarros y el encendedor conmigo.

Subir fue toda una odisea, a medio camino Tom me bajo, estábamos a punto de caernos por subir las escaleras, tardamos alrededor de una hora en llegar, ya que nos quedábamos, o bien riendo, o platicando sentados en los escalones; al fin llegamos, era una noche hermosa, casi no había viento, pero si una luna que deslumbraba toda la ciudad, hacia frio y yo no llevaba un sueter, sin esperarlo, Tom me abrazo dejando sus brazos enredados en mi cintura, sentí la calidez de su aliento en mi oreja

-No traes sueter- me dijo un poco torpe- pero yo te voy a dar calor- y me abrazo mas fuerte

Tambien lo abrace, enrede mis manos en su espalda, lo mire y el hizo lo mismo, se alejo dirgjiendose a la barda, volteo a verme y extendió su mano, la tome y me dio una vuelta, quedando yo al frente de el, me volvió a abrazar y recargo su cabeza en mi cuello, nos quedamos asi por unos minutos, de pronto, beso mi cuello con suavidad y me quede inmóvil, me dio la vuelta y quedamos frente a frente

-Te haría el amor en este instante- dijo provocando en mi una euforia incontrolable, se acerco a mi lentamente, y me beso, me cargo sentándome en la barda, y recargo su cabeza en mi pecho, podía sentir mi corazón acelerado, acaricie sus rastas, las traia sueltas desde hace un rato, su cabello era rubio nuevamente, me hacia recordar tiempos remotos.

Nos quedamos ahí un tiempo, no se cuantas horas, talves dos, sin decir nada, por un momento crei que el estaría dormido, pero jugueteaba con sus manos alrededor de mi cintura.

-Creo que debemos bajar- me dijo bajándome de la barda, tomo mi mano, y caminamos hasta el departamento

Entramos y fui por un poco de jugo a la cocina, cuando regrese, el estaba sentado en el enorme sillón de la sala, me sente junto a el y se recargo en mi, haciéndome caer, aun estaba un poco mareada y los efectos del alcohol no habían disminuido mucho.

Me acomode en el sillón, quedando el frente a mi, acostado en la orilla, me abrazo, y asi, nos quedamos dormidos.

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