Todos alguna vez estaremos Oliendo Pelusas.

¡Bienvenido seas alma perdida!

Anteriormente, hablando del año 2009, este espacio estaba dedicado a la publicación de sandeces, aka fan fiction de la banda alemana de poprockpunknoseque Tokio Hotel.

Sin embargo, después del tiempo que ha sucedido, la temática ha cambiado y, aunque en los archivos están aún esas sandeces, probablemente los escritos que aparecerán próximamente sean más de otros temas, que de la misma banda.

Éste sigue siendo su espacio, éstas siguen siendo sus letras, y esta siempre será la agonía de las palabras.


jueves, 14 de enero de 2010

Capitulo LII – La psicóloga

Hoy es el día, ya teniendo pleno conocimiento de mi nueva oficina, delicadamente amueblada y decorada con un muy buen gusto, me dirijo al trabajo.

Gisela ya me ha deseado la mejor de las suertes, Luca, quien ya ha cumplido 3 meses, me ha mirado tan hermosamente que ahora pienso, nada me puede salir mal. Allison me acompaña como copiloto, ya que estudiara en esa institución.

Llegamos a tiempo y Pierre me presento ante todos los padres, unos se aceraron a saludarme amablemente, mientras otros, de manera cordial me dieron la mano y se retiraron, también existió el grupo de padres que simplemente se fueron.

Es un lugar muy grande, no se parece en nada a las escuelas que yo conozco. Hay cuatro grupos de primer grado y tres de segundo y tercero, cocina, comedor, varias canchas, salón de cómputo y laboratorio de idiomas; esto como parte del jardín, donde habitan los niños de 3 a 6 años. Hay un área desconocida para mí, maternal.

-También te harás cargo de los niños de aquí- dijo Pierre a mis espaldas, me hizo pegar un brinquito, no me lo esperaba. Los niños lo reconocieron de inmediato y fueron a donde él los esperaba con los brazos abiertos. Las educadoras que ahí estaban lo miraban con ¿Respeto? Yo creo que era fascinación, el reía melodiosamente con los niños a su alrededor, me enternecía bastante.

Una pequeña se paro frente a mí, Monik, tiene 2 años 6 meses, me mira atentamente, lo primero que hago es hincarme frente a ella, por un momento pareció que huiría, pero no lo hizo. Se acerco a mi rostro apoyando una de sus manitas en mi pierna. Tiene unos enormes ojos castaños con pobladas y rizadas pestañas.

-Hola- me dijo cuando ya había analizado todos mis gestos- ¿Cómo te llamas?

-Ella es Matilda, Monik- le dijo Pierre rápidamente, hincándose junto a nosotras, voltee a mirarlo con obviedad “Ese es mi trabajo”, se hizo el desentendido – dale un pequeño beso – y seguí mirándolo, cuando sentí la tibia boca de Monik en mi mejilla, beso que sin duda provoco un rotundo enamoramiento por ella, y por ese lugar también.

Presentación del personal, esa fue la parte siguiente. Al igual que los padres, algunas me saludaron con emoción, otras solo se limitaron a estrechar las manos y retirarse, las educadoras más jóvenes, por supuesto.

La hora del almuerzo fue toda una odisea, me toco con un grupo de 2º de kínder, bastante educados y parlanchines, pero sobre todo generosos, cada uno de ellos me dio algo de su almuerzo, que aunque me opuse por un largo rato, no pude sostenerlo por mucho tiempo.

Así fue la primera semana, despertar temprano, desayunar con los Schäffer, ir al trabajo, regresar, comer con Javy y Jay, leer, escribir y dormir.

Mi rutina había cambiado de un momento a otro y de manera tan brusca, que había abandonado cualquier intento de llamadas telefónicas y contacto vía e-mail. En cuanto llego el fin de semana, los reclamos llegaron como lluvia en el verano.

Hable casi toda la tarde con Tom, un rato con la familia, y uno más corto para las chicas, además que el horario no nos ayudaba en nada. Tokio Hotel ahora está en Argentina.

Me gustaba lo que hacía, en verdad lo estaba disfrutando, incluso las pequeñas rivalidades se pudieron ignorar fácilmente. Pierre es bastante atento, un emprendedor, siempre está haciendo algo, siempre al pendiente de que todos los niños se encontraran bien, mientras yo ya casi terminaba de revisar todos los expedientes de los niños del jardín.

Habíamos decidido dividir el trabajo, aula y patios, maternal y jardín. Éramos un gran equipo.

Hicimos un enorme cuaderno con actividades justo en el centro de la sala de juntas, todas iban a ser exactamente igual que antes, sólo que ahora se buscaba sacar la potencialidad de todos los niños, al principio pensamos que tal vez los estábamos forzando, pero al paso de tres días, todos se adaptaron de una manera increíble.

Parece que llevo trabajando muchos años, pero apenas terminara mi tercera semana. Hoy es sábado 25 de Julio del 2015.

Es ridículo que a pesar de estar en la misma institución, Allison como estudiante y yo como… como… ¿Maestra? (a pesar de que no lo soy, los niños así me identifican), casi no nos hemos visto, más que a la hora de entrada y salida. Gis me comenta mucho sobre ella, que cosas han cambiado y todo lo que la niña llega y le cuenta. Se encierra por horas en su habitación a terminar con sus deberes y ha estado estrictamente seria. El lunes iré a ver como marcha todo en su clase.

Y así fue, me encontré con una guapa jovencita, maestra de All, la niña ni siquiera la saludo e hizo una mueca extraña, se sentó en una mesita alejada de ella, cosa que sin duda me llamo la atención, pero no tanto como lo que hizo después la maestra.

Sutilmente me pidió que me fuera, que mi trabajo no estaba dentro de su área de labor, cosa a la que me negué rotundamente, acto seguido ella hizo un berrinche, exigiendo una explicación a Pierre. “Que mal quede”, oh sí. Roux me dio la autorización para están en donde yo quisiera, y Karin, la querida profesora, no tuvo más remedio que acatar la instrucción de su adorado jefe.

Me basto un solo día para darme cuenta del porque de Allison, la instructora no servía para nada. Los compañeros de All estaban todo el día de pie y a ella no le interesaba en lo absoluto, daba su clase muy inteligentemente, según ella.

-¿Estás segura?- me dijo Pierre tras su escritorio, balanceándose en la gran silla de su oficina

-Absolutamente, es una incompetente- le dije intranquila ¿Cómo es que no nos habíamos dado cuenta de ello?

-¿Tienes alguna solución? ¿Quieres que la despida?- me dijo tomando la tetera y sirviéndose más té

-Correrla sería lo más sencillo que podría pasarle- apoye mis codos sobre el escritorio, mi mente maquilaba algo- lo mejor sería entrenarla

-Excelente decisión bombón- dijo sonriente levantando su pulgar. Sonreí satisfecha, aunque me he ganado una enemiga. Su “entrenadora” seré yo.

-Siéntate- le dije haciendo a un lado mis papeles, señalándole a Karin la silla frente a mí. Comencé a explicarle lo que había notado en ella y lo que podíamos hacer para mejorar su trabajo, ella escuchaba atentamente, pero su gesto no mostraba estar conforme

-Prefiero que me corran de aquí antes de ser instruida por una ramera como tú- me dijo levantándose y tirando la silla- ¡No creas que no se que eres amante de Pierre!- grito enfurecida, yo no sabía que me molestaba más… sus ensordecedores berridos o que hubiera desacomodado mi oficina- ¿Me estas escuchando?- seguía gritando

-Sal de mi oficina en este instante- le dije tranquilamente dirigiéndome a la puerta, ella estaba tan aturdida que no supo qué hacer ni que decirme, me pare junto a la puerta y espere a que ella saliera- Pierre te dará tu carta de despido en su oficina- se quedo mirándome ¿arrepentida? Tal vez, dio dos pasos más y salió por completo. Cerré la puerta de inmediato y llame a Pierre a su oficina explicándole lo que había sucedido.

La clase de All se había quedado con un sustituto mientras tanto, fui por ella en cuanto la campana hizo su bello eco. Corrió hacía mi y la levante entre mis brazos, ella enredo sus manitas en mi cuello. Salimos sonrientes del lugar. Antes de llegar a casa, pasamos por un pastel, los que hace Gisela son muy deliciosos, pero urgía festejar.

-¿Eso te dijo?- pregunto Gis mientras amenizábamos el pastel y un poco de leche

-Eso me dijo- le dije riendo mientras servía otra rebanada a All, que se veía un poco más feliz- pero que importa ya, creo que era esa mujer la que más molestaba a Allison… y a quién no. Tiene una voz tan fastidiosa, sin mencionar su mal gusto y su mala manera de enseñar.

-Yo pensé que eras un dulcecito Mat- me miro inquisidora- pero eres una…- se quedo callada, pero sonreía pícaramente

-¿Bitch?- le dije lo más inaudible posible, ella asintió carcajeándose y embarrándose el pastel en su pantalón

Tras la buena sesión de risas, fui a casa. Llame a Koni, primero se enojo mucho y después se ataco de la risa. Llego el momento en el que hablábamos de recuerdos y anhelos, ahora que Geo había estado en México supuse que algo había ocurrido, pero ella y yo no habíamos tenido oportunidad de hablar.

-Siempre he soñado con verte rodeada de bellos niños, aunque ahora tal vez esos niños sean tus hijitos- decía tan tiernamente, con esa calidez que la caracterizaba- Muero por ver a los postrecitos con rastas corriendo por todo el lugar

-¡Constanza!- dije sacándole una risa, hablamos un poco más. El mundo no estaba libre siempre que lo quería, creo que la llamada duró hasta que el sol salió del otro lado del mundo.

Unos pequeños retoños con rastas corriendo por todo el lugar, eso sí que me gustaría verlo.

2 comentarios:

Zeltzin dijo...

1.- pidaestú vieja!!jajaja TOMALA

2.- eres una bitch <3

3.- retoños con rastas AWWWWW!!

4.- TE AMOOOOOO <3

Koney Love dijo...

caray! con eso que me desconecto del mundo ni oportunidad había tenido de estar en el mundo de los FF.

but i´m back! ^^

oh si, mi risa xD! Pequeños retoños güeritos con rastas divagando por la Monster House.... te han dicho que puedo predecir el futuro? :L

no sabes cuanto te extraño mimi <3