-¡Sis!- le digo entusiasta- No sabes que gusto me da oírte ¿Cómo estás?
-No te va a dar tanto gusto escuchar lo que tengo que decirte Matilda- dice de forma osca y sin tartamudeos
-¿Qué pasa? ¿Gisela está bien?- pregunto preocupada, ya que se está a pocas semanas de dar a luz
-Sí, ella está bien, pero tú de plano vas de regada en regada no puedo creer, weona maraca del poto… ¡Eres la wea de la wea Matilda! Como te permites caer bajo la qlia esa mal parida, babosienta- y así seguía, con sus modismos chilenos que me dieron gracia alguna vez, pero ahora, medio entendía y medio quería llorar, jamás había escuchado a Javiera tan enojada, me la pase escuchando un mil insultos hacia mi persona, mis actos, mi madre y lo “pobre de mis neuronas”
-Pero Javy- le dije tratando de que se detuviera, llevaba más de 15 minutos insultándome ininterrumpidamente
-Nada de “Pero Javy”, si no piensas volver a Alemania y seguir haciéndote la concha, no me hables en lo que te queda de vida y anda a chuparla- y así termino su llamada, me colgó el teléfono y yo termine sintiéndome terriblemente confundida.
No pasaron ni 10 minutos cuando el teléfono volvió a sonar, me dio miedo contestar y deje que pitara un par de veces…
-¿Mati?- dice la voz de la pequeña Fefe
-Hola cariño ¿Cómo estás?- le digo suspirando de escuchar su tono tan dulce
-Bien, gracias. Sé que Javy acaba de hablar contigo y también sé que le entendiste la mitad de lo que te dijo- me reí apenada- bueno, ella está muy triste por todo lo que pasa con Tom, Andreas nos dijo que tienen problemas y lo más seguro es que no regreses a Alemania, Jay trata de consolarla ¿Es eso cierto Haru?- me decía con la voz entre cortada
-No lo sé Fefe, no sé. Pero creo que no deberían preocuparse por eso, lamento que se enteren así. Ya tendremos tiempo para hablar, estamos a pocos días de terminar con todo esto
-Espero volver a verte Mati. Te quiero- me decía enternecida
-Yo también Fefe, cuídense mucho- al colgar no pude evitar suspirar. La verdad es que esto ya no me gustaba, una cosa era que la banda sospechara, supiera algunas cosas, pero ahora nuestros amigos nos reclaman…
Decidida con hacer algo al respecto, me levanto de mi depresión momentánea y salgo del cuarto, veo a los gemelos callados en la sala
-Chicos, creo que tenemos un problema- les digo sentándome frente a ellos, cuando Tom me señala lo que hace Bill, el menor de los gemelos asiente y dice si, repetidamente al teléfono, ya está aquí, te la paso, me avisa mi ex cuñado
-Estas en problemas- dicen a dúo, recibo el celular con un miedo terrible, más porque tengo un leve presentimiento de quien está del otro lado…
-No sé qué tienes en la cabeza Mat, pero definitivamente no me gusta la manera en la que te estas comportando. Yo sé que eres mi amiga, pero no puedo permitirte ese tipo de arranques, y menos cuando sabes que Bill no tenía la culpa de nada- monocorde a sus palabras, trato de inventar un dialogo que se adapte a sus necesidades
-No quiero hablar de eso ahora- le digo, sin habérseme ocurrido nada más para contestar- Dame un poco más de tiempo
-No porque me hables en español te voy a consecuentar tus actos, encanto- dice Diana suspirando- No puedo permitirte esas acciones, pero lo que definitivamente no te perdonare nunca, es que dejes ir al único amor de tu vida.- me colgó
-¡Vaya!- digo entregándole el celular a Bill- parece que hoy todo el mundo se ha puesto de acuerdo para decirme mis cosas- digo fastidiada masajeando mis sienes
-No te apures que a mí también me llueve sobre mojado- dice Tom recargándose en el sofá
-Solo falta que hable Zayra- decimos los tres al mismo tiempo, y en menos de medio segundo está sonando el teléfono
-Permítanme ahorrarles el sufrimiento, yo contesto- les digo tomando el auricular, ellos me miran nerviosos-Hola comadre
-Bruja- dice, y suena divertida- pendeja- dice de nuevo y suena más divertida
-Creí que no decías malas palabras- me reí
-Esta te la ganaste y bien lo sabes. Mira, yo sé que no soy nadie para juzgar tus actos ni los del rubio, ni los de la pokemon, ni de nadie, pero creo que estas tomando las cosas muy a la ligera y ni siquiera las has hablado bien
-¿Cómo sabes de la pokemon?- pregunto intrigada
-¡Reina! Todo el mundo lo sabe, no me digas que por estar en Japón las noticias no se publican porque no te voy a creer – ríe irónica
-No tenía ni idea de que se dijeran tantas cosas y menos que llegaran hasta allá
-Tu club de fans es el metiche, yo solo paro bien las orejas- me dice orgullosa- Mati, no te equivoques, no me hagas invocar a la bella de tu madre que no tiene la culpa de haber parido a semejante bulto de huesos sin sesos
-Gracias por llamar- le digo con un fuerte tono de sarcasmo- estaremos en contacto
-Me sorprende no escuchar su voz hasta acá- ríe Bill
-Mat- se acerca Tom junto a mí, Bill se queda boquiabierto y sin decir nada, se va- pasado mañana es el concierto, a media tarde ya sabes
-Que bien- le respondo con desanimo, el arreglo al que habíamos llegado decía que después del concierto yo haría lo que quisiera
-Déjame invitarte a tomar café mañana que tenemos libre, para… despedirnos…- me pide tomándome de la mano
-Me encantaría, pero solo sí después vamos al cine- le digo riendo, cuando la verdad es que me estaba muriendo. Mi mente pensó en negarme a todo lo que él me pidiera, pero hace mucho tiempo leí, que tu vida cambia con un sí al día, un sí que no pensabas dar. Yo ya lo he hecho…
-Entonces ¿Paso por ti a las 2?- me pregunta levantándose del sofá
-Sí, pero me llamas con dos horas de anticipación, ya vez que tu cuarto queda a tres millas del mío- me burlo
-ja- dice extendiéndome la mano- vamos a la gala.
-Vamos a la gala- le contesto tratando de no reírme.
Esta famosa gala, se celebra con no sé qué motivo, comienza en dos horas, terminará algo tarde. Así que nos preparamos mentalmente para salir. Mañana la tarde con Tom y pasado mañana el concierto.
Lo más seguro es que para inicios de octubre, me encuentre en casa. Sola.