Todos alguna vez estaremos Oliendo Pelusas.

¡Bienvenido seas alma perdida!

Anteriormente, hablando del año 2009, este espacio estaba dedicado a la publicación de sandeces, aka fan fiction de la banda alemana de poprockpunknoseque Tokio Hotel.

Sin embargo, después del tiempo que ha sucedido, la temática ha cambiado y, aunque en los archivos están aún esas sandeces, probablemente los escritos que aparecerán próximamente sean más de otros temas, que de la misma banda.

Éste sigue siendo su espacio, éstas siguen siendo sus letras, y esta siempre será la agonía de las palabras.


martes, 29 de junio de 2010

Capítulo CXIX – Reclamos


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-¡Sis!- le digo entusiasta- No sabes que gusto me da oírte ¿Cómo estás?

-No te va a dar tanto gusto escuchar lo que tengo que decirte Matilda- dice de forma osca y sin tartamudeos

-¿Qué pasa? ¿Gisela está bien?- pregunto preocupada, ya que se está a pocas semanas de dar a luz

-Sí, ella está bien, pero tú de plano vas de regada en regada no puedo creer, weona maraca del poto… ¡Eres la wea de la wea Matilda! Como te permites caer bajo la qlia esa mal parida, babosienta- y así seguía, con sus modismos chilenos que me dieron gracia alguna vez, pero ahora, medio entendía y medio quería llorar, jamás había escuchado a Javiera tan enojada, me la pase escuchando un mil insultos hacia mi persona, mis actos, mi madre y lo “pobre de mis neuronas”

-Pero Javy- le dije tratando de que se detuviera, llevaba más de 15 minutos insultándome ininterrumpidamente

-Nada de “Pero Javy”, si no piensas volver a Alemania y seguir haciéndote la concha, no me hables en lo que te queda de vida y anda a chuparla- y así termino su llamada, me colgó el teléfono y yo termine sintiéndome terriblemente confundida.

No pasaron ni 10 minutos cuando el teléfono volvió a sonar, me dio miedo contestar y deje que pitara un par de veces…

-¿Mati?- dice la voz de la pequeña Fefe

-Hola cariño ¿Cómo estás?- le digo suspirando de escuchar su tono tan dulce

-Bien, gracias. Sé que Javy acaba de hablar contigo y también sé que le entendiste la mitad de lo que te dijo- me reí apenada- bueno, ella está muy triste por todo lo que pasa con Tom, Andreas nos dijo que tienen problemas y lo más seguro es que no regreses a Alemania, Jay trata de consolarla ¿Es eso cierto Haru?- me decía con la voz entre cortada

-No lo sé Fefe, no sé. Pero creo que no deberían preocuparse por eso, lamento que se enteren así. Ya tendremos tiempo para hablar, estamos a pocos días de terminar con todo esto

-Espero volver a verte Mati. Te quiero- me decía enternecida

-Yo también Fefe, cuídense mucho- al colgar no pude evitar suspirar. La verdad es que esto ya no me gustaba, una cosa era que la banda sospechara, supiera algunas cosas, pero ahora nuestros amigos nos reclaman…

Decidida con hacer algo al respecto, me levanto de mi depresión momentánea y salgo del cuarto, veo a los gemelos callados en la sala

-Chicos, creo que tenemos un problema- les digo sentándome frente a ellos, cuando Tom me señala lo que hace Bill, el menor de los gemelos asiente y dice si, repetidamente al teléfono, ya está aquí, te la paso, me avisa mi ex cuñado

-Estas en problemas- dicen a dúo, recibo el celular con un miedo terrible, más porque tengo un leve presentimiento de quien está del otro lado…

-No sé qué tienes en la cabeza Mat, pero definitivamente no me gusta la manera en la que te estas comportando. Yo sé que eres mi amiga, pero no puedo permitirte ese tipo de arranques, y menos cuando sabes que Bill no tenía la culpa de nada- monocorde a sus palabras, trato de inventar un dialogo que se adapte a sus necesidades

-No quiero hablar de eso ahora- le digo, sin habérseme ocurrido nada más para contestar- Dame un poco más de tiempo

-No porque me hables en español te voy a consecuentar tus actos, encanto- dice Diana suspirando- No puedo permitirte esas acciones, pero lo que definitivamente no te perdonare nunca, es que dejes ir al único amor de tu vida.- me colgó

-¡Vaya!- digo entregándole el celular a Bill- parece que hoy todo el mundo se ha puesto de acuerdo para decirme mis cosas- digo fastidiada masajeando mis sienes

-No te apures que a mí también me llueve sobre mojado- dice Tom recargándose en el sofá

-Solo falta que hable Zayra- decimos los tres al mismo tiempo, y en menos de medio segundo está sonando el teléfono

-Permítanme ahorrarles el sufrimiento, yo contesto- les digo tomando el auricular, ellos me miran nerviosos-Hola comadre

-Bruja- dice, y suena divertida- pendeja- dice de nuevo y suena más divertida

-Creí que no decías malas palabras- me reí

-Esta te la ganaste y bien lo sabes. Mira, yo sé que no soy nadie para juzgar tus actos ni los del rubio, ni los de la pokemon, ni de nadie, pero creo que estas tomando las cosas muy a la ligera y ni siquiera las has hablado bien

-¿Cómo sabes de la pokemon?- pregunto intrigada

-¡Reina! Todo el mundo lo sabe, no me digas que por estar en Japón las noticias no se publican porque no te voy a creer – ríe irónica

-No tenía ni idea de que se dijeran tantas cosas y menos que llegaran hasta allá

-Tu club de fans es el metiche, yo solo paro bien las orejas- me dice orgullosa- Mati, no te equivoques, no me hagas invocar a la bella de tu madre que no tiene la culpa de haber parido a semejante bulto de huesos sin sesos

-Gracias por llamar- le digo con un fuerte tono de sarcasmo- estaremos en contacto

-Me sorprende no escuchar su voz hasta acá- ríe Bill

-Mat- se acerca Tom junto a mí, Bill se queda boquiabierto y sin decir nada, se va- pasado mañana es el concierto, a media tarde ya sabes

-Que bien- le respondo con desanimo, el arreglo al que habíamos llegado decía que después del concierto yo haría lo que quisiera

-Déjame invitarte a tomar café mañana que tenemos libre, para… despedirnos…- me pide tomándome de la mano

-Me encantaría, pero solo sí después vamos al cine- le digo riendo, cuando la verdad es que me estaba muriendo. Mi mente pensó en negarme a todo lo que él me pidiera, pero hace mucho tiempo leí, que tu vida cambia con un sí al día, un sí que no pensabas dar. Yo ya lo he hecho…

-Entonces ¿Paso por ti a las 2?- me pregunta levantándose del sofá

-Sí, pero me llamas con dos horas de anticipación, ya vez que tu cuarto queda a tres millas del mío- me burlo

-ja- dice extendiéndome la mano- vamos a la gala.

-Vamos a la gala- le contesto tratando de no reírme.

Esta famosa gala, se celebra con no sé qué motivo, comienza en dos horas, terminará algo tarde. Así que nos preparamos mentalmente para salir. Mañana la tarde con Tom y pasado mañana el concierto.

Lo más seguro es que para inicios de octubre, me encuentre en casa. Sola.

sábado, 26 de junio de 2010

Capítulo CXVIII – Ya no son cosas de los dos


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-No acostumbro ese tipo de cosas, muy amable de tu parte- le contesto siendo benévola, en estos momentos lo último que quiero es pelear

-¡Ah, vamos Haruka!- me dice berrinchuda tomándome de un brazo y restregándome sus labios en la mejilla, el momento no solo es incómodo para mí, sino para Tom también

-Es en serio- le respondo alejándome de ella lo más suavemente posible- Y estaba por ir al bar, si no te importa- camino con prisa dentro del ascensor que estaba por cerrarse, ella no me pregunta ni me objeta nada, al contrario me dice adiós con la mano

-Espera- dice Tom deteniendo la puerta del elevador- Creí que iríamos juntos al bar- dice agitado

-Creí que planeabas ir con Harley- le respondo con simpleza- anda, si no soy yo seguramente alguien más querrá hacer ese trio, ahora suelta la puerta, por favor- le pido esperando que él lo haga.

En su expresión hay tanta tristeza que apenas y puedo con ella, así que prefiero ver hacia otro lado, él suelta la puerta y después de un rato veo los números cambiar lentamente. Al abrirse las puertas en el más bajo de los pisos, mi rostro se transforma en uno jubiloso al observar a Shim frente a mis ojos.

…Tom Kaulitz…

-No podías espérate ¿Verdad?- le digo suspirando con decepción

-No sé de qué hablas- me responde dándose la vuelta y alejándose de mi

-Si lo sabes, te empeñas en separarme de ella cada que puedes- le digo seriamente, ella se voltea y se queda mirándome

-Yo no hice nada, ustedes tomaron la decisión de separarse solos, yo no influí en absoluto

-¿Tú estás loca?- le digo bufando un poco molesto- si no te hubieras atravesado en mi camino jamás en la vida hubiera tenido que pasar por esto

-Si no me hubiera atravesado en SU camino, jamás hubieran abierto los ojos- me dice tratando de convencerme- entiéndelo Tom, ella no es mujer para ti ni tu eres hombre para ella

-¿Y tú qué sabes?- le digo retándola, tratando de no perder el control como la vez pasada- Te falto amor, es eso lo que pasa

-¿Convencido de lo que dices?- levanta una ceja- la verdad es que en este momento poco me importa lo que pueda decir un niño mimado como tú, lo que me importa es que pude hacerles ver que no se amaban como tanto presumían, agrego que también comprobé su debilidad ante las personas atractivas como yo, y la más graciosa de todas es lo ingenua que puede ser la gente

-¿De qué hablas?- le pregunto confundido, no estoy entendiendo nada de lo que dice

-¿Por qué creíste a la primera en mis palabras?- clava su mirada en la mía, dejándome pensar- ¿Si tanto me odias porque no simplemente te alejas de mí?- vuelve a cuestionarme, haciendo que yo mismo entre en jaque con mis pensamientos- ¿Si tanto se amaban porque cayeron en las redes de alguien más?- dice de nuevo- ¿Si ella en verdad te ama, porque está en el bar con Shim?

-¿Con Shim?- ella me sonríe, al parecer ha conseguido lo que buscaba, así que entro al elevador sin más prisas y al bajar, la busco incansable en el bar. En efecto él está ahí, sentado en la barra. Pensaría que es una enorme coincidencia, sino fuera porque ella se acerca con sigilo a donde el está sentado, sonriéndole, el responde el gesto con elegancia y comienzan a beber como los grandes amigos que jamás creí que fueran.

Subí a pasos lentos todas las escaleras, fue cansado, esperaba llegar a mi habitación y poder dormir para no pensar en nada más.

-Tienes alguien al teléfono- me dice Bill bajando el libro que lee muy animadamente desde hace unos días, lo miro sin ganas- anda, sé que te hará bien, está en la extensión de tu habitación- y vuelve la cabeza a las letras

-¿Hallo?- digo sin ganas al ponerme al auricular sobre el oído, no sin antes haberme deshecho de mis tenis y acostarme sobre la cama

-A mí no me andas contestando así de aguado Kaulitz, a ver, va de nuez- me dice Andreas, que sin proponérselo me saca una sonrisa- ¿Hallo?

-¡Oh! ¿Quién habla?- digo aparentando emoción, sé que eso le hará feliz por lo menos un rato

-¿Es usted el joven Thomas Kaulitz?-dice divertido

-Sí, soy el joven, guapo, semental, deseado y exitoso Tom Kaulitz ¿Con quién tengo el gusto?- le sigo el juego

-Me comunico con usted con la única intención de responder al llamado que nos hizo hace un par de días, solicitando una llamada obscena homosexual

-Ya quisieras güerejo desabrido ¿Qué carajo quieres?- le digo irritándome por su broma

-Uhm! Se te ha quitado lo divertido, viejo- contesta testarudo­- ya me se la última que hicieron la Haruka y tú, con todo el respeto que ella se merece pero ¿Qué pitos piensan ustedes?

-No sé a qué te refieres man- le respondo esperando que él no sepa más que un simple rumor

-Tu hermanito el puerco espín ya me ha contado lo que él sabe, más los rumores, más lo que Gisela comenta, más los años que te conozco…Tom, sé que con mucha facilidad pierdes los estribos por un escote pronunciado y un par de piernas largas, sobre todo si estas piernas se te abren en cada oportunidad que tienes

-Al grano Andreas, por Dios que me estas incomodando- le pido maldiciendo mentalmente a Bill por abrir la boca con tanta facilidad

-Estas muy mal Tom, muy pero muy mal. Escucha viejo, yo sé lo mucho que amas a esa mujer y la estas dejando ir por una estupidez

-Te hace falta actualizarte en los chismes- le contesto abrumado por tener que hablar del tema por primera vez, tema que ni con mi hermano había hablado- y conste que te lo digo para que te calles y no me estés fregando la vida

-Si vas a salir con que le dijiste que no la amas esperando que ella sea feliz con alguien más y que después ella te dijo que tampoco te ama y por cuestiones de salud mental no han tocado el tema, prefiero colgar en este instante antes de que termine ofendiendo hasta a tu bisabuela por lo imbécil que fuiste

-¿Eso quiere decir que hablamos luego?- le digo sin saber que más contestarle. ¿Acaso la situación era tan obvia? ¿O es que había sido tan ridícula? ¿Haruka lo hablo con él?

-No cabe duda que eres la persona con menos sesos que he conocido, voy a ahorrarme las palabras que Bill te va a decir, con la esperanza de que a él si le hagas caso. Sé que estás haciendo las cosas mal, Tom. No me decepciones y háblalo con la caja feliz

Colgó el teléfono. Ahora sí que mi amigo me ha dejado sorprendido, en verdad con la boca abierta…

-¡Bill!- grito levantándome de la cama, al entrar en la sala el sigue ahí y no se inmuta- ¿Sordo?

-No interrumpas, he llegado a la parte buena- dice alejándome de el con la mano

-¿Tú le mencionaste a Andreas algo de lo que paso con Matilda?- le pregunto arrebatándole el libro

-¡Hey!- me reclama levantándose tras de mi- ¡No, Tom! Yo no le dije nada

-No me digas que adivino todo lo que pas… ¿Matilda le habrá dicho?- me pregunto a mí mismo

-Creí que irías con ella al bar, ¿Por qué no le preguntas?- me dice sentándose nuevamente

-Seguro está ocupada con Shim- arremedo a Harley con un movimiento de cadera exagerado y parpadeando muy rápido

-¿Qué hace con ese?- dice Bill divertido- creí que ellos no se llevaban

-Pues al parecer de un día para otro se hicieron los mejores amigos, que se yo- le digo tratando de pensar en otras cosas más importantes y alzando los hombros

-Solo espero que ellos no sean mejores amigos como ella y Harley- dice leyendo de nuevo, en menos de dos segundos mis ojos están abiertos de manera sobre natural y Bill ya me sostiene de un hombro- no Tom, solo bromeaba- insiste

…Haruka…

-¿Entonces estas aquí por casualidad?- le pregunto, hemos hablado de las miles de cosas que él hace y me entretiene bastante su conversación

-Tú sabes que las casualidades no existen- me sonríe con complicidad- espero a tu amiguita, Harley, pero la verdad esperaba encontrármela de manera inesperada

-Bueno, ella salió del elevador justo cuando yo entraba en él- le respondí bebiendo esa cosa extraña de sabor dulzón- Así que supongo que te vas a tener que esperar un buen rato aquí

-¡Tan predecible como siempre!- dice suspirando, mi rostro hace un gesto de confusión, el termina riendo- La conozco desde que era una bebé, tú ya debes saber un poco de cómo es ella, lucha a toda costa por lo que quiere, sin importarle nada ni nadie, cree enamorarse, pero la verdad es que no lo hace. Etsuko no sabe lo que es el amor, solo conoce la definición de diversión, puede que su corazón se esté sintiendo cálido y acelerado cuando piensa en alguien, pero ella siempre termina mal, tan solo vean su extraña relación

-¿Tu qué piensas de esto Shim?- le pregunte curiosa, la verdad es que ya que más daba saber las razones, el chiste es que Tom ya no me ama.

-Yo creo que ella no soporta ver a nadie feliz, así que se dedicó a muchas cosas distintas, y ahora por lo que puedo ver, pues tú ya no eres feliz, y Tom supongo que tampoco

-Tom ya no me ama- le digo encendiendo un cigarrillo- el me lo dijo, y no creo que Harley le haya puesto una pistola en la cabeza para hacerlo, además de que su actitud es distinta cada vez que se ven

-Si me permites, quisiera subir a verla ¿Podrías llevarme a su cuarto?- pregunta poniéndose de pie

-Claro- le digo levantándome apresuradamente también. Salimos del bar en silencio y no puedo evitar sentir unas miradas sobre nosotros, me siento un poco preocupada por el asunto, ya que no me gustaría despertar ningún tipo de rumor. Subimos al elevador con prima y en menos de un minuto ya estamos arriba. Caminamos a la par sin decirnos nada

-Haruka- escucho la voz de Tom que me llama, me doy vuelta de una forma que me parece graciosa y Shim echa a reír

-No te rías baboso- le digo a Shim en un reclamo algo imprudente poniendo cara de berrinche

-Si no te importa y si no estás muy ocupada con tu amigo, Javy está al teléfono y dice que le urge hablar contigo- su tono era celoso, enojado y además de todo mandón

-Voy- le digo sonriendo- la habitación de ella es esa- le señalo e indico a donde debe ir- ¿Irás a la gala de hoy?- le pregunto

-Luego lo invitas con papelito y rosas que te hablan desde Alemania- dice Tom tomándome de la mano y caminando con el hasta la habitación, escucho a Shim reír como un loco cuando Tom ya cerró la puerta

-Los elotes no tienen maíz, Tom- le digo brincando a mi habitación, donde contesto felizmente de recibir una llamada suya…

jueves, 24 de junio de 2010

Capítulo CXVII – Lo bueno que no fue


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-¡Joder!-escucho que grita, así que me levanto y sin tocar la puerta entro a su habitación. No me sorprende verla sudando sentada en la orilla de la cama con la mirada perdida

-¿Necesitas algo?- le pregunto aparentando estar desinteresado, pero aunque no quiera, ella me preocupa mucho

-No me trates así, por favor- me dice con los ojos acuosos- Bill…

-Perdón Haru- suspiro cerrando la puerta y corriendo a ella, la abrazo y ella se pone a llorar

-¿Qué pasa Bill? No entiendo- solloza sentándose sobre mis piernas y llorando como una niña pequeña

-Creí que estabas segura- le respondo confundido, con un tono de voz lo más calmado que pude

-En este momento no estoy segura de nada- dice incorporándose y tallando sus ojos, dejándolos terriblemente manchados

-¿Tuviste una pesadilla?- le pregunto caminando por el desmaquillante

-Una horrible- dice dejándose arreglar un poco- Soñaba que pasaban 6 años, iba de visita a su casa en Alemania, y todo era como debía ser

-¿Cómo?- pregunto interesado

-Tu casado con Diana y con sus bebés, Gustav haciendo una colección más grande de niños y Zaybet con Georg

-¿Así deben ser las cosas?- pregunto al ver que ella no se incluía con mi hermano en el sueño

-Sí, parece que así serán las cosas ya que tu hermano y yo hemos terminado

-¿¡¡Qué!!?- pregunto sorprendido de que Tom no me dijera que ya había hecho aquello, lo vi muy feliz en el evento, y a ellos muy tranquilos

-Sí, tuvimos una charla antes de la fiesta, ya no sirve de nada estar intentando algo que ya no tiene futuro Bill, tu y yo ya lo sabíamos- me dice sin dejar de llorar, pero complacida

-¿Estas feliz con tu decisión?- la cuestiono al ver que no piensa hacer nada

-Fue una decisión de los dos, así que creo que para los dos está bien- me dice suspirando

-¿Cómo termina el sueño?- regreso al tema

-Tom me dice que no ha dejado de amarme, y después… estábamos a punto de estar juntos de nuevo cuando le confieso que estoy embarazada del que se dice mi marido…- me dice ella acongojada

-Sólo fue un sueño Mat- trato de consolarla, abrazándola- Quisiera saber, y si no te importa decirme ¿Por qué tomaron la decisión de separarse?

-Bueno, pues Tom fue a verme hoy y me dijo que

-Creí que tenías prohibida la entrada a mi habitación y por consecuente a la de Haruka, Bill Kaulitz- entro la bruja al cuarto, interrumpiendo a Haru, y me atrevería a decir que hasta asustándola un poco

-Él puede entrar a mi habitación cuando quiera- debate Haru

-No mientras estés bajo mi cuidado- le contesta Harley

-No sabía que lo estaba, no te preocupes que en seguida pido que me den otra habitación

-Quédate conmigo- me apresuro a proponer

-Sí, es una buena idea- suelta con sarcasmo- Me parece perfecto que hagan crecer los rumores que ahora se dicen

-¿Cuáles rumores?- pregunto curioso

-Que Matilda ha roto su compromiso con Tom, que tiene una relación conmigo, y ustedes como les gustan los chismes ardientes harán que ahora todo el mundo diga que lo cambiaste por su hermano- se dirige a ella con un gesto de autoridad, Mat no hace nada al respecto

-Me quedare en otra habitación- le dijo Mat levantándose de la cama y caminando al baño, dejándome a mí en la cama junto a ese esperpento- Y no he terminado con nadie- le dice antes de meterse a la ducha

-Acaba de amanecer- le digo sonriente saliendo en busca de Tom y de Jost, algo debemos hacer con estos rumores.

Ha llegado el día de la última escala, la esperada visita a Tokio, Japón. Somos hospedados en el Park Hotel Tokio, justo frente a la Torre de Tokio, estamos a punto de ser… bueno, en realidad solo estaremos lejos de ella, hoy es 23 de Septiembre, al perecer hemos llegado a un trato sin necesidad de haberlo hablado. Todos nos tratamos con cortesía, incluso Tom y Haruka se ven más amables el uno con el otro, ahora ya no hay anillos en sus dedos, pero yo soy el único que lo nota. Harley anda muy ocupada junto a su padre por lo que descansamos de su hostigosa presencia y nos hemos dedicado a pasear un poco en lo que el concierto está completamente preparado, como los rumores de la separación de Tom y Haru fueron en realidad fuertes, se han visto prácticamente obligados a tomarse de las manos cuando vamos juntos, ellos aprendieron en poco tiempo a tratarse con cortesía, el ambiente entre nosotros no es hostil, pero se siente mucha nostalgia.

No hemos hablado nada del tema, inclusive no lo hemos tocado con los G’s, aunque creemos que ellos ya lo sabían y ahora lo han confirmado, para no levantar más sospechas, pedimos la más grande de las suites, donde todos dormimos, cada uno en su habitación, pero todo es mucho más sencillo para todos.

-Javy te acaba de llamar- escucho que le dice Tom a Haruka, ella y yo descansábamos en silencio en la sala de la habitación

-¿Les pasa algo?- preguntó ella de inmediato

-No lo creo- dijo mi gemelo levantando los hombros- Sólo que te comunicarás con ella en cuanto pudieras, creo que Gis les comento algo, o se enteraron de los rumores por el internet

-Carajo que son metiches- le responde ella llevándose las manos a la cara. Los note preocupados, nuestros amigos no saben nada de esto, seguro los G’s ya lo han comentado, pero lo que esperan es que los chicos lo confirmen ¿Cómo esperan que pase eso si ni siquiera se planea que Haruka visite Alemania?

-Después les llamas- le contesta Tom aparentando estar distraído

-Necesito un trago- dice ella levantándose con prisa

-¿Te molesta si te acompaño?- le pregunta Tom, nuevamente haciéndose el desinteresado

-No, vamos- le responde Haruka de lo más normal- ¿Gustas ir Bill?-me pregunta

-Dile que no o te juro que te arrepientes- me dice mi hermano obligándome a reír

-No Haru, gracias- le digo evitando soltar una carcajada, ella nos mira traviesa a los dos

-Saben que es de mala educación secretearse frente a la gente- nos dice ella caminando afuera, sin poder evitar reírse.

…Tom Kaulitz…

-Gracias- le digo a Bill que me sonríe bastante animado, salgo corriendo tras ella… por lo menos si no estaremos juntos, espero poder quedar si quiera como un amigo cercano… o algo parecido

-Oye Tom- me dice deteniéndose justo frente al ascensor- ¿Qué les vamos a decir a los demás?

-Simplemente que nos dimos cuenta de que lo nuestro no funciono y ya- le respondo fluido y sin pensar demasiado

-Sí- suspira- no funciono

-Hey, lo lamento, lo dije sin pensar- me disculpo, no creí que le afectara tanto

-Está bien- me dice sonriendo. Sin querer nos quedamos ahí, suspendidos en la mirada del otro

-No puedo creer que viviré el resto de mis días sin ver mi reflejo enamorado en esos hermosos ojos tuyos que tienes- le digo encantando con la manera en la que me mira, ella me sonríe tímidamente y yo me armo de valor…

-¡Qué lindo!- Nos dice- Ya que son felices por siempre de nuevo, y aprovechando que los encuentro juntos- decía la parlanchina/metiche de Harley saliendo del elevador- ¿Hacemos un trío? Juro que les va a encantar….

martes, 22 de junio de 2010

Capítulo CXVI – Si lo hubiera hecho hace 6 años


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Ya han pasado decenas de días desde que te vi, has cambiado tanto; ya no eres la persona que conocí.

Si supieras que se todo de ti desde que nos separamos, que aunque estamos en países distintos, escucho amables noticias tuyas de vez en vez, y lo que no, sé que puedo llamarle a tu hermano, él siempre está dispuesto a decirme como estas…

¿Cómo te va con tus sobrinos?

Sé que son dos hermosos niños, tal y como en aquel sueño ¿Recuerdas? Cuando estábamos juntos y sabía que podía sonreír porque estabas ahí…

Te extraño, esa es la verdad. Con cada amanecer, cada que se pone el sol, con el humo del cigarrillo que inunda mi habitación… ¿Pensarás en mí? Desearía saber que así es, pero aún no encuentro la forma de leer tu pensamiento…

Yo puedo confesarte, amor mío, que estás conmigo día a día, y daría mi vida entera por verte a mi lado…

También quisiera pedirte perdón ¿Demasiado tarde? Creo que sí, fui tan cobarde al dejar que todo terminara, yo jamás dejé de amarte, sigo amándote… Ven conmigo…

¿Por qué te casaste? ¿Acaso fui tan poco para ti?

Haruka… ojala ese sueño se hubiera cumplido, estaríamos rodeados de nuestros bellos hijos y nuestra más que perfecta familia, pero no. Me olvidaste tan rápido, y así como paso te casaste con él. ¿Eres feliz? Me conformo con saber que sí…

Me he vuelto un loco, lo sé ¿Te parece enfermo que sepa hasta la hora en la que te duermes? No lo puedo evitar, cada que abrazo la almohada pensando que eres tú, viene a mi mente tu cuerpo rodeado de unos brazos que no son míos. La sola idea de verte sonriendo con otro que no soy yo me pone mal.

¿Por qué te fuiste? Yo te perdone, yo te amé, yo te amo. Me equivoque pensando que todo sería como siempre y te deje ir… Pero Mat… desde aquel día, aquel día que no regresaste a Alemania, te he extrañado como el sol extraña al alba, solo tengo de ti tu recuerdo vivo en el pensamiento, tu perfume y aquel anillo que amablemente pusiste en mi mano el día que dije la mentira más grande. Aquella que me ha costado la vida.

Si te dijera que te amo como siempre y más que nunca, ¿Regresas?

-¿Tom?- pregunta ella, al borde de la puerta puedo ver sus dedos tratando de abrir

-Pasa- le digo guardando aquella carta, una de tantas que no he podido mandar

-Ya está aquí- me dice con una sonrisa en el rostro. Sé que le emociona verla, a todos…

-Bajo en seguida- le digo sonriente, al salir Diana, rápidamente me miro al espejo, mis 33 años no me hacen ver mal. Me pregunto cómo ha de verse ella…

-Hey hermano- entra Georg con uno de sus hijos en brazos- ¿Vas a bajar?- pregunta curioso

-Claro- le respondo extendiéndole los brazos al pequeño rubio que abraza, el niño brinca de inmediato - ¿Por qué no?

-No quisiera verte mal otra vez Tom- decía mirándome temeroso

-Nada puede ser peor que verla entrar a la iglesia para casarse con alguien que no soy yo- le respondo simplón

-Está bien Tom, solo quiero que sepas que ella viene sola y se quedara aquí por dos días.

-No creo que se divorcié por que venga sola- le digo caminando al pasillo, preparado para bajar al primer piso

-Yo tampoco, hombre- dice codeándome- pero has querido decirle tantas cosas desde hace tanto

-Y estamos casi seguros de que ella a ti- agrega Gustav con la enorme Allison de su mano

-¿Estas emocionado por ver a Matilda, Tío Tom?- pregunta la pequeña sin preámbulos

-Claro que estoy emocionado- le confieso sonriéndole con complicidad, bajo los escalones con cuidado debido al hombrecillo que trepa mis hombros, y escucho sus risas, acompañadas por las de sus amigas, las reinas magas unidas de nuevo

-¡Allison!- grita ella emocionada, la pequeña infanta corre y trepa por los brazos de Mat, ellas se ven seguido y se llaman con mucha frecuencia, también Allison es una de mis espías preferidas. Para nuestra, mejor dicho, mi mala suerte, Mat no venía a casa desde la última vez que estuvo aquí, todos se veían con ella en lugares lejanos, excepto yo, que la veré después de 6 largos años

-Me da tanto gusto verte Mati- le dice la niña llenándola de besos, paso seguido Gustav la levantaba en sus brazos y ella sonreía, tal y como la recordaba, plena y feliz entre nuestros brazos

-No han perdido el tiempo- decía poniéndose de rodillas y prácticamente enumerando a los hijos de Gus y de Geo que por ahí se paseaban, traviesos y felices de tener a una nueva persona en casa

-Ya ves comadre- le contestaba Zaybet con una sonrisa fraternal, abrazándola emocionada

-Tú también te ves muy bien, los años no pasan en vano para ustedes chicos- me sonreía. Se estaba dirigiendo a mí, y yo apenas y pude enchuecar la boca y suspirar lo más discretamente posible.

Así paso la tarde entre cada aventura que ella nos contaba, jamás tocaba el tema de su marido, se la pasaba viviendo tras el cuidado de los hijos de su hermano, tenía proyectos nuevos y viajaba bastante. No dejaba que tocáramos el tema de las relaciones amorosas a menos que se tratara de las que ya existían ahí frente a nuestros ojos

La hora del postre fue celestial, los niños nos habían abandonado junto a Gisela y Gustav, al parecer los pequeños se entretenían con las nuevas mascotas, ellas platicaban como si jamás se hubieran separado.

Ya había llegado, la hora del sagrado sueño en el que todos nos ocupamos de arrullar a los bebés, algo me decía que ella y su esposo estaban mal… o al menos eso me convenía creer…

-¡Mat, que sorpresa!- le dije aparentando esa emoción, encontrármela en el patio con sus famosos cigarrillos, paseándolos entre sus manos, sin encenderlos, meciéndose en el columpio

-Vaya que nos ha costado trabajo dormir a esos bebés- me dice sonriente tallándose sus ojos- Creo que muero de sueño pero mi flojera de subir es más grande- y se ríe

-Creía que estabas acostumbrada, por los hijos de Carlos- le conteste alzando los hombros

-Sí, pero cuando ellos duermen yo ya no estoy ahí sino en casa- me dice levantando su mano- ¿Ves esto?- me señala una pequeña cicatriz en la palma de su mano

-¿Qué es?- le pregunto curioso y sin querer, tomo su mano entre la mía, acariciando la suavidad de su piel, noto como ella se estremece, y no puedo evitarlo, también lo hago yo

-Es la recomendación que te doy de que jamás le prestes a los niños unas llaves- dice sonrojándose, agachando la mirada y apartando su mano de la mía. Lo hace sin disimular

-Supongo que te haré caso- le contesto y me río al notar lo rojizo de su rostro- Si gustas puedo llevarte cargando a tu habitación

-No te preocupes, y debo irme ya que seguramente los bebes se despertaran temprano- dice levantándose rápidamente y caminando a la puerta

-Sabes que no es molestia Haru- le digo y ella se detiene, me voltea a ver con esa mirada que declara lo nerviosa que está y las ganas que tiene de huir

-Lo sé Tom, pero prefiero caminar- abre la puerta de la cocina, está se cierra lentamente, pero no tengo tiempo de pensar. Ya me espere 6 años…

-Muy bien Thomas- dice la voz de mi hermano en la sala, me ha sorprendido que este ahí, y no solo es él, sino todos- Anda ve- los miro confundido, entre sonriente y sorprendido

-Sé que ella te está esperando aunque lo niegue- me guiña el ojo Diana y me da confianza para seguir… así que ahí estoy parado en la puerta de su habitación, con la carta que le acabo de escribir, esperanzado en que ella abra la puerta sin querer

Pero no lo hace, así que me tomo la molestia de hacerlo yo. Su ropa esta regada por todos lados, tal y como la recuerdo, toda la habitación huele a ella y me llena de felicidad. Como acostumbra, ha puesto varios portarretratos junto a su cama, fotos de ella con nosotros, con el club de fans y con su hermano… extraño ver nuestras fotos por todos lados

¿Dónde estás? Pregunto para mis adentros esperando que ella llegue de la nada, pero tampoco lo hace. Así que me siento sobre la cama y me quedo ahí por largo rato, casi hasta quedarme dormido

-¿Qué haces?- pregunta ella frente a mí, apenas y me doy cuenta de que estaba dormido sobre su cama, ella me observa entre confundida y divertida

-Te estaba esperando, es que quiero hablar contigo- le digo bostezando y levantándome, de un brinco ella se hace para atrás, alejándose de mí

-Bueno, pero que sea corto, ya te dije que debo despertarme temprano- me contesta esperando que le hablara, pero no me salían las palabras, así que simplemente le extendí la carta

-¿Qué es?- pregunta curiosa tomándola entre sus manos

-Es una de las cientos de cartas que te he escrito- le digo respirando cada vez más rápido, ella abre sus ojos- en todas te pido que regreses…

-Pero Tom- comienza, otra vez negando con la cabeza, sin darme tiempo de hablar. Así que lo primero que hago es correr a la puerta y cerrarla con seguro, poniéndome en ella para que no salga huyendo, como la última vez

-Nada de “pero Tom”- le pido- necesito que me escuches, jamás lo haces…

-Y no tengo porque hacerlo ahora- contesta gruñona cruzando los brazos

-Vamos Haruka, solo escúchame- le digo de nuevo, al parecer ella acepta- Sólo te lo diré una vez, así que pon atención

-Estoy ansiosa- me responde con ironía

-Te amo y jamás deje de hacerlo, y sé que tú tampoco- le digo caminando a donde esta ella, con una expresión de, no sé de qué…

-¿Qué quieres que haga al respecto?- me contesta volteando la cara cuando siente la mía prácticamente sobre sus labios- Tom, soy una mujer casada

-No me interesa- le contesto abrazándola- fuiste, eres y seguirás siendo mi mujer…

-Ya no Tom- me dice, cuando siento sus brazos rodearme la cintura, siento que estoy en el cielo

-Deja de ser tan necia y bésame- le digo haciéndome el gracioso y acercando sus labios a los míos, ella responde de inmediato y el calor comienza a embriagarme de nuevo. Nos quitamos la ropa mutuamente y nos besamos con mucha pasión, cuando de pronto ella me separa a la fuerza

-No Tom- me dice poniéndose de pie- Yo no puedo hacer esto

-Vamos Haru, por favor, además sé que me amas…

-Sí- me responde llorando- pero no puedo estar contigo sabiendo que estoy embarazada de otro hombre.

sábado, 19 de junio de 2010

Capítulo XCV – Resignación


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Parecía que ella huía de mí, entro a su habitación y la seguí, definitivamente teníamos que solucionar este problema, y ahora era el momento indicado

-¡Yo ya no puedo seguir con esto!- me dice Matilda entrando en desesperación, pateando el banquillo que estaba justo a su paso

-¿Y tú crees que para mí es sencillo? ¡Eh!- le dije más que molesto, la situación en definitiva se nos había salido de las manos y ahora hasta mi hermano había salido mal de todo esto

-Vete de aquí Tom, no te quiero ver- me dijo entrando a su alcoba y azotando la puerta

-¿Y tú crees que es de mi agrado estar viendo tu cara de amargura todo el tiempo?- le dije recargándome en la puerta, escuchaba su caminar desesperado, seguramente se estaba arrancando el cabello y caminando alrededor de la cama…buscando los cigarrillos para poder calmarse

-¡Solo vete Tom!- me dijo en llanto, joder… lo que menos buscaba es hacerla llorar…pero estaba muy molesto como para preocuparme en consolarla

-¡Vamos Matilda! No seas necia, ven conmigo- le dije tratando de calmarme…

-¡No! ¿Qué no entiendes? ¡No me voy a ir contigo a ningún lado!- gritaba

-¡No!- le dije- Matilda, si yo me voy tú te vas conmigo. ¡No quiero que estés cerca de ella!

-¡Lárgate Thomas!- volvía a gritar, ahora sus puños golpeaban la puerta, podía sentirla tan cerca pero tan lejos

-¡Quédate con ella! – dije lo más alto que pude, sintiendo mi voz quebrarse, tome un florero y lo avente contra la ventana de la habitación, haciendo un escándalo más que apantallador

-¡Tom!- dijo Harley entrando de pronto a su cuarto, admiraba el desorden y la sangre de mis manos…

-Harley- le dije respirando con dificultad, estaba esperando que se acercara, para torturarla…

Joder, pienso desesperada ¿Ese ruido? No me digan que ha sido la ventana… ¿Y si Tom se aventó….?

-Tom- dije titubeando y apresurándome a salir, abrí la puerta lentamente, y los vi…

Era ella acercándose a él, su rostro lucía tan preocupado, él la recibió con las manos extendidas, ella sonrío como una tonta, la tomo de las muñecas y la acerco a él… la beso, la abrazo y la levanto del suelo…

No, no estaba alucinando… ellos acaban de caer al sillón…

Y yo que tontamente pensé que podríamos salir de esto… ¿Qué puedo pensar si después de esta discusión él va corriendo tras ella? Sabe que estoy aquí… y de todas maneras la besa…

¿Qué hago? Tengo ganas de vomitar. Cierro la puerta con el mismo sigilo que cuando la abrí, y me voy al baño. No a cortarme las venas, a sacar todo esto que tengo dentro, de manera muy literal.

-¡Suéltame!- grita arañándome la cara. Hemos caído al sillón y ella forcejea

-Me has quitado lo que más quiero ¿Qué más da si me meten a la cárcel por asfixiarte?- le digo, sintiendo la sangre hervir por todo mi cuerpo

-Por favor Tom, tu y yo podemos intentarlo, niégame que te gusto- me decía insistente

-Si me gustarías es una fina caja de cristal cortado- le dije sonriendo orgulloso de mi buen inventado comentario

-¡No Tom!- me decía en llanto- No me hagas daño por favor… Tú sabes que Matilda me ama ¿Qué pensará de ti si me matas?

-No le quedará de otra que estar conmigo- le conteste aún más enojado

-Sabes que eso no funcionará Tom, suéltala- decía la voz de mi hermano, pero no quería, aunque mis manos cada vez la presionaban con menos fuerza, no quería dejar de lastimarla

-Tú no entiendes Bill- le dije soltándola por completo- tú no sabes lo que es estar perdiendo

-Sí lo sé- me interrumpió- Lo acabo de ver, siento que estoy perdiendo a lo que más quiero

Y voltee para mirarlo, estaba ahí su delgada figura, con sus ojos llorosos, diciéndome que fuera a abrazarlo, sentí toda esa angustia que le estaba causando, el dolor de ver mis manos heridas y supongo que la desesperanza de ver salir huyendo mi cordura

-Bill- apenas pude articular

-¡SEGURIDAD!- grito ella, no nos dio tiempo de pensar en nada, me apresure al costado de mi hermano cuando los hombres que se encargaban de su seguridad personal ya estaban junto a ella

-¿Quiere que los saquemos señorita?- dijo uno de los hombres mirándonos con desprecio

-Así es, y no quiero que entren a mi habitación jamás- les repitió ella con júbilo en su mirada- Y si quieres hablar con Haruka, tendrán que preguntárselo a ella primero, aunque podríamos ahorrarnos ese paso ya que dudo que ella quiera volver a ver a cualquiera de estos dos

-No puedes hacer esto Etsuko- le dijo Bill caminando hacia ella, fue detenido dos pasos después por la mano de un hombre enorme

-Sólo Hime puede llamarme Etsuko, ahora váyanse de mi habitación- el hombre muy amablemente nos indicó donde se encontraba la salida…

…Bill Kaulitz…

Estamos a punto de renunciar, desde lo sucedido las cosas se han puesto en verdad serias, Jost sabe que algo no anda bien entre nosotros, pero nos ha pedido que resistamos, en realidad faltan pocas fechas para acabar con toda esta farsa de armonía.

Hemos pasado por Fukuoka, Sasebo, Nagasaki y ahora nos encontramos en Kagoshima, en el extremo de la isla de Kyushu, pasado mañana volaremos a Tokio, lo que significa que en menos de una semana estaremos de regreso en casa. Lo que no estamos seguros es si todos regresaremos a ella.

Etsuko se ha puesto roñosa y nos deja encargados de miles de personas distintas y nos han invitado a una infinidad de eventos que no hemos podido rechazar, donde su sonrisa fingida engalana la fiesta y es el rostro de Matilda el que no he visto, no sé cómo esta…

Sé que debo decirle tantas cosas, y estoy seguro de que ella a mí también…confío en que hoy sea el día en que me haga caso. Tengo media hora esperando en el jardín del hotel, acabamos de llegar de una fiesta y su amiguita va más borracha que nunca, así que solo es cuestión de que Haruka quiera salir de su habitación.

Necesitamos hablar, por favor. Te espero en el jardín. Le mande en un texto…ella no me ha contestado…

-Perdón por la tardanza- dice sacándome de mis pensamientos, ahí está. Tan delgada y demacrada que apenas y puedo creer que sea ella

-¿Qué te ha pasado?- le pregunto asustado acercándome a ella con velocidad

-No he dormido bien- me contesta con simpleza, dejándose abrazar por mí. Apenas y escucho sus latidos y su respiración tan dramática

-Pronto esto acabara y regresaremos, debes alimentarte correctamente Mat- le digo tratando de animarla, sin embargo creo que he causado el efecto contrario

-Yo no estoy segura de querer regresar a Alemania con ustedes.- dice y me envuelve ahora en sus brazos. Puedo oponerme si así lo quisiera, pero en su discurso ocupa las palabras “no quiero”, y yo no puedo oponerme a sus deseos

-De cualquier modo te voy a encontrar, en cualquier parte del mundo donde estés- le digo, sin querer indagar más en sus razones y aferrándome a lo que he visto y a lo que creo. Ellos ya no están bien juntos.

-Te quiero Bill- me dice apretándome más y más- te voy a extrañar…

-Y yo a ti- le contesto acariciando su cabello, dejándome llevar por su perfume…

…Georg…

-Tienes que hacer algo man, las cosas no se pueden quedar así- le digo a un Tom que se la pasa acomodado en el sofá viendo la televisión fumando cigarrillo tras cigarrillo

-¿Qué quieres que haga si ya no me quiere?- me contesta secamente, cuando en el fondo, los tres sabemos que él no quiere dejarla ir

-Seguro hay algo que puedes hacer- intervengo en su vacilar, apagando el televisor y tratando de que nos enfoquemos en esto

-Déjala ir- interrumpe Gustav nuestro momento kodak. Tom abre los ojos como un enorme sapo y se nota que quiere agarrarlo a palos, al cabo de unos segundos, Tom baja la mirada y suspira

-Voy a perderlo todo- dijo resoplando como negándose a aceptar ese hecho-No puedo

-Yo sé- dijo Gustav pidiéndome el turno para hablar- que este asunto aún es muy difícil de entender tanto para Geo como para mí, pero no somos ciegos y mucho menos estúpidos. Nos hemos dado cuenta de sus faltas, de sus desvíos y de la debilidad que sufrieron con ella. Se han dicho cosas horribles, ya no se respetan

-Gustav, estas siendo muy duro- le dije tocándole un hombro, el hombrecillo me cayó con una mirada asesina

-Pueden pedirse perdón, hacerse de la vista gorda si quieren, pero aceptémoslo Tom, será muy difícil vivir con eso. En este momento, ya no importa quién le hizo qué a cual, lo que importa es que tu no has buscado los medios para conseguir hablar con ella, y a Matilda no le interesa verte

-Gustav- trate de detenerlo, esta platica ya la habíamos tenido hace un par de días, el final no es nada lindo

-Cállate Georg- me ordena nuestro baterista y Tom nos mira cada vez más ansioso- Creo que no hay dudas en las preferencias de cada uno de ustedes.

Joder que este hombre tiene razón, pero aun así. Yo no puedo resignarme tan fácilmente.

…Tom Kaulitz…

Estamos haciendo maletas, ayer, de la manera más extraña posible, Bill no llego a dormir, pero algo me decía que estaba bien, los G’s me han venido atormentando, esto es demasiado confuso para mí.

Hoy, hay una fiesta en Kagoshima, una tardeada por así llamarlo, así que todos arreglamos nuestras cosas para volar de madrugada a Tokio y huir de este país que tantas desgracias nos ha traído

-¿Estás seguro?- me pregunta Bill temeroso, ya con su atuendo listo para el evento

-Sí- le respondo nervioso- confió en que no se negará a verme y al fin podremos hablar en paz- le sonrío como un estúpido

-Me da tanto gusto que luches por lo que tanto quieres Tom- me dice ruborizado- estoy orgulloso

-Gracias- le respondo en un abrazo que no dura ni 5 segundos, cuando me decido a ir a buscarla, esperando que me reciba con una sonrisa

No estoy segura de querer ir a este baboso evento, las cosas no están bien para hacer fiestas, Etsuko ha insistido demasiado. Mi anillo de bodas es tan hermoso, si el mundo pudiera conocer su secreto.

Tienes que abrirme la puerta Mat… Bien, eso no será necesario, es mi día de suerte ¡Esta abierta!

Eres el anillo más hermoso que he visto en mi vida, me repito a mí misma admirando el anillo sobre la palma de mi mano, cuando…

-¿Mat?- le digo tocando la puerta, sé que está ahí dentro, así que me abro paso sin esperar una contestación y la veo, con un hermoso y corto vestido, se que tuvo poco tiempo de arreglarse ya que estuvo hablando por teléfono con su hermano, su cumpleaños me trae recuerdos hermosos

-¿Cómo entraste?- dice suspirando, hasta parece que veo una sonrisa en sus labios, una muy discreta, pero sonrisa al fin… ¿Dónde está su anillo?

-Debo decirte algo- cierro la puerta a mi espalda y ella se voltea completamente, mi corazón comienza a latir como el de un roedor, al darme cuenta del paso que daré, sonrío sin querer, negando con la cabeza y mirando mis pies

-¿Qué pasa?- me dice risueña, caminando un paso adelante, aproximándose lentamente a donde estoy

-Ya no te amo- le digo…

Fue tan fácil cuando lo ensaye en la ducha ¿por qué me ha costado tanto trabajo decirlo?

-Haruka- digo tragando saliva al ver que ella se ha quedado estática, con una extraña expresión- Ya no te amo- y lo digo de nuevo, esta vez hasta parece que hablo con la verdad

-Tom…- me dice mordiéndose el labio y caminando con pasos lentos y cortos a donde estoy ¡Lo sabía! Va a retarme a que se lo repita mirándola a los ojos… Eso tiene que hacerlo… ¿Por qué?

Camina lento, me mira, me toma de la mano y me abraza, respira tranquilamente…

-Yo tampoco- me contesta, en un susurro, uno helado y con tanta verdad, apenas y puedo creer que lo haya dicho…-Tampoco te amo Tom…

¿Y todavía lo repite? Se separa de mí y me mira, no sé de qué manera… y se va, camina a la puerta, escucho que la abre, escucho que la cierra, la sigo.

Al salir, en efecto, ella ya no está… Ya no estará más…

Lo único que quedó, fue su anillo, sobre la palma de mi mano…

jueves, 17 de junio de 2010

Capítulo CXIV – Entierrame


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...Tom Kaulitz...

-¿Y ahora que hice?- le preguntaba a mi hermano, no entendía que pasaba…Haruka… ella estaba tan extraña que apenas y se me acercaba, Harley era la que sin duda se había transformado en otra persona, dejo de ser la niñita caprichosa que se estaba volviendo y de nuevo me atraía con algunas de sus actitudes. Pero ahora, de verdad me preocupa ella

-No sé Tom, nadie sabe- me dice Bill, también está preocupado

-Tal vez Harley tenía razón y ella no me ama tanto como yo creía- le dije

- Y tu definitivamente te estas volviendo muy estúpido Thomas, sabes que Haruka no deja que las cosas se terminen así como así, puede que su insistencia en hablar nos deje aturdidos, pero eso a ti te conviene demasiado. Yo te haría el favor de preguntarle, pero definitivamente no he tenido ni un solo segundo a solas con ella

-Creo que esto debo arreglarlo yo- le dije en un suspiro- Bill, tengo miedo de que todo se termine, pero, también estoy pensando que la veo sonreír únicamente cuando esta con ella

-¿A qué te refieres?- me pregunto

-Pues, si te das cuenta, a últimas fechas parece que es infeliz a mi lado, ya no sonríe, y si me abraza o me besa, lo hace como si

-No quisiera- completo mi frase, aquella cabeza que sabe lo que pienso, la única persona en este mundo que puede comprenderme completamente- Yo lo lamento mucho Tom

-Estoy empezando a pensar, que también yo lo voy a lamentar…

…Bill Kaulitz…

Ya no sabía qué hacer, la situación, no la puedo explicar, no he podido, por más que trato de hurgar en la mente de mi hermano, él no me deja entrar a esa parte; aquella que me explicaría porque pasan estas cosas.

Pocas cosas sé con seguridad, mi hermano teme perder a Haruka pero la ve feliz con ella, Matilda se aleja de Tom de manera consciente y apenas contesta mis mensajes. Está viajando con ella, no con nosotros, algo le remuerde la consciencia y nos mira a todos con mucha nostalgia, ahora que Gisela se fue, era inminente su tristeza, hasta pensé que tendríamos que llevarla al hospital.

Pero, mi hermano, mi pobre y enamorado hermano estaba en aprietos, algo que él había hecho no lo dejaba actuar para beneficio de su relación, algo no lo dejaba defender eso que sabemos es suyo. Ya ni él ni yo estamos seguros de que ella quiere casarse.

-Yo- comenzó, a sabiendas de todo lo que estaba pensando, me interrumpió, por un momento me sentí terriblemente avergonzado- me acosté con ella

-¿Qué que pu..-comenzaba a faltarme la respiración

-Y ella también-suspiro, pensando que me tranquilizaría con eso… por el contrario comencé a toser con mucha dificultad

Pasados casi 10 minutos pude reaccionar, sin poder evitar pensar en un trio asquerosamente sexual e infiel

-¡No Bill!- me dice Tom- ella y yo, estuvimos en momentos distintos…pero no me pidas que te diga más, no lo sé. No sé qué cosas piensa Haruka de ella, te he dicho lo que pienso… ella logra hacerla sonreír…

-¿Cómo se te ocurrió hacer semejante estupidez Thomas?- le grite exasperado al notar lo débil que se portaba mi hermano ante esta situación- Caíste en lo más bajo de lo bajo – le dije moviendo el dedo y levantándome del sofá con rapidez. Comencé a dar vueltas alrededor de la mesita de centro mientras mi hermano me veía preocupado

-Yo jamás pensé que esto- comenzaba el, y cada una de sus palabras me parecía más ilógica que la anterior

-¡Ese es tu problema Tom! Tu jamás piensas que las cosas pueden suceder y mira lo que te pasa. No puedo creer que nosotros pensando que eran los mejores amigos y se estaban pintando el cuerno de la manera más descarada y asquerosa que jamás imagine ¡Pero qué clase de personas están bajo nuestro mismo techo!

-Bill, por favor- trataba de tranquilizarme, pero de verdad que no había cosa que me pusiera más histérico que verlo a él tan neutral

-¡Date cuenta de la gravedad de tus actos!- le dije empujándolo al sillón, como consecuencia el me lanzo una mirada ofendida, pero llena de culpabilidad- sabes que tengo la razón, Thomas, esta vez no hay marcha atrás

-Pero Bill, se supone que me apoyes- decía visiblemente afectado por esta discusión

-¡Como quieres que te apoye si me doy cuenta de que eres un cerdo!- le grito, según yo, aquí ha finalizado nuestra insana conversación ¿Por qué? Unos pasos coquetos se escuchan retumbantes en el pasillo, más su vocecita que ahora me enferma

-Dejémoslo así por hoy ¿Quieres?- me dijo levantándose, no sé si tenía planeado salir en su búsqueda, pero eso definitivamente no lo iba a permitir. Ya no

Salgo como un rayo de la habitación, me doy cuenta del contoneo de su cuerpo al caminar, está dando la vuelta a un pasillo, así que corro, con la esperanza de que mi hermano no se dé cuenta de a donde me dirijo. Y la alcanzo, ahí está meciendo su pierna y con el auricular en el oído, sonriente, voltea a verme y me sonríe, con esa hilera despampanante que siempre me dejaba anonadado

-¿Te pasa algo?- dijo colgando el teléfono y acercándose sutilmente a mí, apenas y pude dar un paso hacia atrás- Bill, estas pálido, si en algo te puedo ayudar- decía

-Claro que puedes- le dije riendo irónico- Que te parece si te tomas la molestia de alejarte de mi hermano y después de mi cuñada, y también, si no es mucho pedir ¿¡PODRÍAS DEJAR DE SER TAN GOLFA Y DESCARADA!?- le grite, en ese momento sentí la mano de Tom en mi hombro y vi a Haruka saliendo de la habitación de ella, en bata… ¿¡Qué jodidos quieren que piense!?

-Bill…- me dijo Mat con su apenas audible vocecita, preocupada por mi reacción. Yo también me preocupaba por ella, no me gustaba nada lo que ocurría entre nosotros, culpa o no de ella, de mi hermano o de Harley, su deber era arreglar las cosas y no huir como idiotas

-¿Qué?- le dije enojado- ¡Ah, ya se!- le dije aplaudiendo, ella dio un ligero brinco parada en su lugar, sabía que diría algo no tan bonito- Tienes una justificación para tus estupideces ¡Y otra más para la flexibilidad de tus piernas!

-¡Oye!- dijo caminando a donde me encontraba. Visiblemente ofendida- Tu no sa

-¿Qué si no sé?- le dije antes de que terminara la frase- ¿Quién piensas que soy? ¡Eh! ¡Soy el gemelo de este imbécil que está detrás mío rogando a gritos que solucione su vida como siempre lo hago, luego me entero de que mi querida cuñada resulto siendo más lista poniéndole el cuerno con la misma golfa que el!

-¡Bill, cállate!- me indico Haruka, muy molesta- Te repito que si no

-Cállate tú- le dije según yo comportándome como todo un caballero- créeme que no me interesa ni un poco saber qué es lo que hicieron ni las razones que los llevaron a esto, pero no te puedo perdonar que me hayas tomado el pelo ¡Y tú también sucia ofrecida!- le grite a Harley que en verdad se mostraba ansiosa por saber que pasaría

-Este no es asunto tuyo Bill, bien lo sabes- me dijo Matilda- Es un asunto mío y de tu hermano, nada más. No te metas en lo que no te importa

-¿Es un asunto de pareja?- le dije sarcástico- ¡Que pareja más singular!

-Bill- trataba Tom de que me callara

-Mira nada más de lo que me entero, resulta que nuestra preciada y susodicha traductora va y se revuelca con mi hermano, eso puedo entenderlo. A mi hermano se le acaba el intelecto cuando ve un par de pechos rebotar, y también comprendo a esta golfa ¡Quién no querría acostarse con el guitarrista de la mejor banda del mundo! ¿Pero tú Haruka? ¡No tienes excusa!

-Ven Mat, después hablaran ustedes- le dijo Harley

-¡Tú no me metas puta barata!- le grite. Sorprendiéndome a mí mismo de la vulgaridad que acababa de decir…pero excusarme en este momento sería un ridículo total

-Vámonos- dijo Haru suspirando y entre cerrando sus ojos. Sé que lamentaba que esto pasara en medio del pasillo de un hotel, con quién sabe cuántos ojos encima

-No me hagas pensar Haruka- le pedí con esas palabras que no se fuera, que regresara con nosotros

-Bill, en estos momentos aunque rogara porque pensarás, es imposible. Tú siempre estarás del lado de tu hermano, y no te culpo

-¿De qué hablas?- intercedió Tom- Bill no está de parte de nadie, y lo que él dice es toda la razón

-No pienso discutir contigo aquí, ya se dijo demasiado- le contesto ella con determinación

-Tú no te vas a ir a ningún lado con esta tipeja- le dijo mi hermano tratando de ser lo menos audible posible

-Yo me voy a ir a donde se me pegue la gana- le contesto Haru caminando al contrario de nosotros

-Déjala Tom- le dije agachándome a presionarme el abdomen, cerrando mis ojos y sintiendo mi corazón a punto de perder el control- Ahora solo nos hemos dado cuenta de que cierta gente no puede entender, gente idiota que se deja convencer con mimos y con un par de piernas abiertas.

No pasaron ni tres segundos, cuando sentí la pesada mano de Haruka sobre mi mejilla, sacándome de balance y hasta mareándome, al grado de que mi hermano tuvo que sostenerme para que no cayera al suelo…

-Jamás lo creí de ti Bill Kaulitz- dijo con un nudo en la garganta. Voltee a mirarla adolorido

-¡No tenías ningún derecho de lastimar así a mi hermano!- le grito Tom. Justo cuando pensábamos que la discusión había terminado, el planeaba tener otra.

Solo que Haruka fue mil veces más lista, lo miro con desprecio y camino a su nueva habitación. Tom la siguió como un loco azotando la puerta detrás de él. Dejándome en el pasillo con esa loca que me miraba orgullosa por lo que acaba de pasar.

-Tom me quiere- me dijo con un bufido –me prefiere a mí por sobre de ella, y sobre él también- Me dijo con descaro, tomo el ascensor y se fue.

Ellos no salían y parecían estar discutiendo gravemente ahí dentro… lo único que alcancé a escuchar fue un grito lleno de dolor, diciendo quédate con ella…un grito que no estoy seguro de quien provenía…