Todos alguna vez estaremos Oliendo Pelusas.

¡Bienvenido seas alma perdida!

Anteriormente, hablando del año 2009, este espacio estaba dedicado a la publicación de sandeces, aka fan fiction de la banda alemana de poprockpunknoseque Tokio Hotel.

Sin embargo, después del tiempo que ha sucedido, la temática ha cambiado y, aunque en los archivos están aún esas sandeces, probablemente los escritos que aparecerán próximamente sean más de otros temas, que de la misma banda.

Éste sigue siendo su espacio, éstas siguen siendo sus letras, y esta siempre será la agonía de las palabras.


martes, 9 de noviembre de 2010

Capítulo 11 - Él y su lugar

-¡Sabes que solo me debes respeto a mi!- me grita, azota las manos sobre sus piernas

-Yo te respeto- le digo tratando de estar tranquila

-¡No es verdad!- y se levanta del asiento, da vueltas por todo el salón- ¿Cuantas veces te dije que no podías acercarte a él?

-Es mi amigo- refuto

-No me interesa ninguno de tus estúpidos amiguitos- dice con ironía y toma la silla en la que me encuentro, la gira con tal fuerza que casi hace que caiga sobre el suelo

-Calmate por favor- me incorporo y trato de sujetarle las manos

-¿¡Como te atreves a pedirme eso!?- me grita tomándome de las muñecas

-Por favor, no quiero que las niñas nos escuchen- le pido en un tono suplicante- No me gusta que sepan que peleamos

-Tienes razón- y parece calmarse, camina contrario a mi y cierra la puerta con delicadeza- nadie más que tu tiene la culpa de que me enoje así

-Tu te tomas todo esto muy apecho, crees que cada que lo veo haré algo malo con él...- trato de que se quite esa idea de la cabeza

-Tu provocas eso ¿Crees que no me doy cuenta de que se encuentran cada que salimos? Como si eso de las coincidencias existiera- y vuelve a subir el tono

-No sé como es que dices eso- me pongo sentimental..

-No sé como es que piensas que no me daré cuenta- se acerca a mi y me besa con pasión, como pocas veces lo ha hecho durante nuestro tiempo juntos- Yo te amo, como a nadie y como a nada.... no me hagas esto

-No te estoy haciendo nada, amor- le beso su nariz - ¿Vamos a dormir?

-No, aún no- me dice tomándome de la cintura- ¿Hace cuanto tiempo que no hacemos el amor?

-No lo sé...- y me sonrojo, el me toma de la barbilla y me besa en los labios de nuevo

-Desde las niñas y además los asuntos del estado... todo nos quita demasiado tiempo para estar juntos pero... quisiera tener más hijos

-Yo también- y me río – pero no hemos tenido tiempo

-Ahora lo tenemos, las niñas duermen, la servidumbre también y tú y yo estamos aquí... solos- acaricia mi espalda lentamente, acerca su nariz a mi cuello y me estremezco...

-¿Qué suena?- pregunto deteniéndolo, el se pausa un segundo y podemos escuchar claramente el teléfono sobre el escritorio, son cerca de las once de la noche ¿Quién llamaría a esta hora?

-Maldita sea- se queja y contesta el teléfono, ahora luce un poco preocupado- perdóname mi amor, tengo un asunto que atender

-¿Ahora?- le pregunto encaprichada

-Sí- y suspira- tendremos toda la vida.... no me esperes despierta

-Maldigo al estúpido estado por esto- doy la vuelta enojada y el me toma del brazo antes de que pueda abrir la puerta

-¡Yo soy el estado! -Me grita de nuevo.... me asusto y recuerdo los desafortunados eventos que han ocurrido un par de veces- ¡Tu vives del estado, vives de mi... soy todo lo que tienes que respetar en este momento y en este mundo!

-Ya habíamos hablado eso- le digo tratando de que me suelte

-¡Cállate!- me dice y... otra vez su mano choca fuertemente con mi mejilla, caigo al suelo y lo veo alejarse.


Me levanto y trato de aparentar que aquí no ha pasado nada...otra vez..

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