-Son tan pequeñitas- le digo enternecida- apenas y puedo creer que ya están aquí
-Se parecen a ti- me dice viéndome con picardía- aunque yo no sé de donde sacaron esa nariz
-De su mamá- le digo concentrándome de nuevo en el sueño de las bebés- o eso es lo que me ha dicho
-¿Su mamá también era rubia?- pregunta extrañada
-Eso si no lo sé- le confieso- mis padres no tenían ese tono de cabello, y creo que nadie de la familia
-Shara, que gusto verte por aquí- entra mi imponente marido al cuarto de las niñas
-¿Como estas Guillermo?- saluda Shara de la manera más hostil que puede
-Excelentemente bien- le responde ignorando su mal modo y se posa junto a mi, me toma de la mano y juntos observamos a las niñas... sin decirnos nada las vemos dormir
-Jamás pensaría que tendrían hijos tan pronto- suspira Shara de una manera un tanto amarga...
-Así debe ser, Shara, ya sabes- le explica mi esposo- así nos dará la oportunidad de tener más niños, aún somos jóvenes
-El que mucho abarca poco aprieta- dice ella entre dientes
-¿Perdón?- la cuestiona
-Felicidades, son niñas hermosas- dice Shara caminando fuera del salón
-Sabes que no la quiero aquí por mucho tiempo- me advierte
-Sabes que no se irá- le digo, retandolo
-Ya no eres una chiquilla de 18 años que se la pasaba viajando por todos lados con su mejor amiga, ahora eres madre, esposa y sostén de esta casa- dice en tono serio pero muy bajito
-No me estoy yendo a ningún lado, esta es mi casa y fue su casa también, tiene derecho de ver a nuestras hijas- le digo en el mismo tono bajo que uso conmigo
-Te voy a estar vigilando y a ella también- dice y sale de la habitación. Unos segundos más tarde escucho que cierran la puerta con seguro, se que es Shara que algo quiere decirme
-Te traigo un mensaje del innombrable- me dice poniéndose en una posición en la que parece no dice nada
-¿Cual es el mensaje?- pregunto de la misma manera
-Felicidades por tus bellas hijas, espero que muy pronto pueda ir a verlas, mientras tanto cuéntales sobre los locos amigos que tienes, cualquier cosa que necesites, sabes como puedes encontrarme. Con mucho amor, Tom
-¿Cuando te lo dijo?- le pregunto sonriendo como una tonta
-Hace un par de horas, en el aeropuerto de Francia- me explica enternecida por mi reacción
-Siento que hace siglos no lo veo- digo cargando a una de mis hijas, la más pequeña que ha despertado
-Solo hace 3 meses, cuando ya eras una pelotita andante- dice cargando a la otra bebé- aún recuerdo la manera en la que te miro cuando te vio así
-Como quién pierde todas las esperanzas ¿No?- le digo yo también recordando sus ojos humedecerse
-Sí- dice convencida- nunca es demasiado tarde para un divorcio, Robín
-¡Ah, vamos Óscar! No llevo ni un año casada, es demasiado pronto para hablar de un divorcio, además sabes que el matrimonio es para toda la vida
-Viviras amarga atada a un hombre que no quieres, para toda la vida, vaya cuento de hadas...
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