Llego cerca de las 21 hrs. Lo vi bajar del auto, comprobando que viniera solo. Escuche el abrir de la puerta y el cerrar de esta
-¿Haruka?- dijo de inmediato, sonaba a la expectativa- ¿Dónde estás?- pregunto al no escuchar respuesta de mi parte. Era mi turno. Baje lentamente por las escaleras, mis tacones eran muy sonoros, el camino hasta ahí, para verme bajar. Se quedo callado, su mirada se desviaba entre mi escote y lo corto de la falda, el dije que me había obsequiado se paseaba entre mi cuello y daba golpes a mi pecho cada que daba un paso.
Me detuve frente a él, sus manos fueron directamente a mis glúteos, pegándome más a su cuerpo, me mordí el labio e hice un gesto de aceptación pasando mis manos de su pecho hasta debajo de su pantalón. Camino rápido pegándome en la pared, intentaba besarme, se distraía con el movimiento de mis manos sobre su miembro y las suyas acariciando mi sexo…. y algo más. Lo empuje en un movimiento que lo tomo desprevenido y camine hacía la biblioteca, estaba por llegar al escritorio cuando él me dio alcance colocando sus manos en mis pechos de manera poco amable, camino junto conmigo hasta que quede semi acostada en el escritorio, boca abajo, entrelazo sus dedos a los míos, impidiéndome movimiento alguno mientras él me penetraba sin compasión. Mis gemidos eran apenas comparables con los suyos, al igual que nuestras respiraciones. Hubo una pausa, la cual aproveche para cambiar de escenario. El iba siguiéndome lo más rápido que podía, mientras yo entre risas caminaba hasta la cocina. Un poco de música ambiento la situación, el tenía ganas de tocarme, sin embargo yo no lo dejaba. Lo único que podía hacer era deslizar sus manos por mi cintura mientras yo bailaba, él, que estaba sentado en una silla, me miraba con tanta depravación que mi excitación fue más grande y mis movimientos se hicieron mucho más cadenciosos, me senté sobre él, lo despoje de su playera, el desabotonaba la blusa mientras el vaivén era ahora de arriba y abajo. Yo lo besaba, el masajeaba mis pechos y nos mirábamos cuando mi cabello volaba al compas de nuestros rudos movimientos. Nuestras muecas eran cada vez más intensas, pero ambos queríamos seguir jugando.
Él ya solo traía su bóxer, yo apenas la falda, medias y los tacones, era un interesante juego del gato y el ratón. Llegamos al estudio. Me tomo de la cintura y me sentó en el banquillo del piano, el se hinco frente a mí y metió su cabeza por debajo de mi falda, subió sus manos hasta rozar con sus yemas mis pezones, mis manos descontroladas se movían por las teclas del piano, sin ritmo alguno, sin melodía, pero era lo que callaba mis prolongados y escandalosos gemidos. Sus manos lo ayudaban un tanto mientras nuestras miradas se cruzaban, de pronto dejo el juego y se levanto sigilosamente mientras yo yacía en el mismo sitio con mi boca entre abierta, mis rosadas mejillas y alguno que otro rastro de sudor, me sonrío y yo lo hice también, me pare a su costado y quite el bóxer, tomándolo en mi mano y caminando hacía la sala. Se acerco y tomo una fresa, la cual me dio a comer obligándome a lamer sus dedos, provocando que hiciera uno de esos gestos orgásmicos que tanto me excitaban. Se dejo caer sobre el sofá y yo me hinque frente a él, besándolo sin mesura, mientras mis manos ya tenían entre ellas su miembro, comencé a acariciarlo, su sorpresa era reflejada en el cambio del movimiento de su lengua. Sus manos volvieron a colarse por debajo de mi disfraz, mis manos en lo suyo y las suyas en lo mío. Nuestros besos eran toscos provocando el choque de labios, lengua y dientes que trataban de encontrar un cauce a tanto descontrolado gemido que deseaba salir. Deje de besar su boca para seguir por su cuello y pecho, terminando hincada en el suelo mirando como deseaba que metiera a su gran compañero a mi boca.
Juguetee un poco con él, rozándolo con mi nariz, mis labios, mi lengua pasaba por los costados, Tom se acostaba cada vez más y entre sus manos trataba de atrapar el sillón, deje el juego y lo metí a mi boca, en suaves lamidas y discretas chupadas, de la punta a la base y viceversa, hasta que logramos adaptarnos a un ritmo. Con su mano detrás de mi cabeza dirigía la rapidez de mis movimientos, paré, lo miré, subí de nuevo hasta su boca lamiendo su torso que se estremeció más de lo que ya estaba. Me levante y camine hacía las escaleras, el iba muy cerca de mí. En el quinto escalón, cuando voltee a mirarlo, me derribo, me quito la falda y volvió a penetrarme, lo abracé con mis piernas y mis manos buscaban un lugar en donde apoyarse, no fue necesario. Él me tomó por la espalda y me levanto con mucha facilidad, volvió a recostarme a mitad del pasillo y siguió con el ritmo, ahora iba más rápido. Ahí estaba de nuevo, ese cosquilleo interno, mi espalda se arqueo y su boca se abría dejando escapar un grito de placer, uno inclusive más alto que el mío. Scott nos hizo compañía, se había despertado y aullaba, ya es primero de septiembre y aquí seguimos, tirados en medio pasillo, sus manos siguen apoyadas en el suelo y mis piernas siguen aferradas a su espalda, se dejo caer sobre mi pecho y mis piernas lo soltaron con torpeza, mis manos acariciaban su cabello mientras tratábamos de controlar la respiración. Así nos quedamos por un buen rato, tal vez una hora.
-Feliz cumpleaños- le dije tragando saliva y riéndome un poco, el volteo a mirarme y se incorporo, beso mi ombligo y me ayudo a levantarme. Ahora estábamos de frente, mirándonos, el me sonreía
-Gracias, amor- dijo levantando mi barbilla y acercándose para darme un beso. Me abrazo y me levanto del suelo dándome una vuelta- Ha sido lo más… lo más- dijo moviendo sus manos – No sé, ha sido lo más fabuloso que me ha pasado en la vida, es que- y me tomo de los hombros, sacudiéndome- Te amo- me enredo entre sus brazos, me volvió a levantar y me llevo a la cama de su habitación- aunque seas una depravada, te amo- me reí a carcajadas, ambos caímos rendidos y nos entregamos al sueño de inmediato, sin soltar nuestras manos.
Ya era medio día y nosotros seguíamos en la cama, medio despiertos nos veíamos, nos dimos cuenta de algunos moretones, rasguños y rastros de lápiz labial.
-¿Qué hacemos primero?- pregunto sentado en la orilla de la cama - ¿desayunamos o tomamos un baño?- me incorpore velozmente y lo abracé por la espalda
-Un baño es la mejor opción- dije a su oído, el se estremeció un tanto y se levantó de la cama, volteo a mirarme con picardía
-Tú no tienes llenadera, ¡carajo!- dijo y explotó en risas xD- ¡Eres una ninfómana!
-¡Si aquí, tú eres el adicto al sexo, Thomas! – y también reí – Mira que tumbarme en plena escalera ¡bah!
-Tú tienes la culpa por ponerte esa falda tan corta- dijo ahora seriamente, pero esa mirada lujuriosa aparecía de nuevo en su rostro – Mira nada más como me pones- levanto una ceja y yo baje la mirada, en un segundo ya lo veía a los ojos nuevamente y mi expresión era más lujuriosa que la suya.
Me cargo hasta la tina donde nos tumbamos un buen rato, hasta que empezamos nuevamente con las lascivas miradas, las intencionadas caricias y las palabras calientes. Salimos de la ducha corta, cerca de dos horas ahí adentro inventando un nuevo lugar para colocar mis piernas. Escogimos algo de ropa cómoda el uno al otro, ordenamos la habitación y reímos más de la cuenta al ver la sarta de barbaridades que habíamos dejado la noche anterior. Empezamos por recoger nuestra propia ropa que estaba regada por todos lados, después a acomodar los muebles y limpiar un poco algún rastro que hubiera quedado. No era mucho lo que teníamos que poner en su lugar.
Tomamos un poco de whisky en su honor, hicimos juntos de desayunar…. Bueno, el término haciéndome de desayunar. Se creó un ambiente bastante acogedor, múltiples gestos y sonrisas. Jenn llego una hora más tarde y nos preparo de comer algo ligero. Salimos de casa directo al ravijo. Quedamos en que yo me prepararía ahí junto con Javy y llegaríamos más tarde. A pesar de que Tom se negó todo el tiempo, no le quedo más que aceptarlo.
Llegamos y un segundo después recibí una llamada de mi cuñado, venia para el departamento. Lo esperamos unos segundos y lo vimos llegar, tan feliz, tan sonriente, con su mirada iluminada, nos contó muy pocos detalles. Me entrego una caja que Diana me mandaba, una enorme. La recibí sin preguntar nada.
-Este es para ti- le entregue una caja, el me miro sonriente y comenzó a romper la envoltura
-Oh Dios- dijo extendiendo la chaqueta frente a él, una roja con cierres abundantes-¡Es extraordinaria! La usare hoy mismo- dijo levantándose y dándome un abrazo
-Felices 26 pequeño- alborote su cabello y él me sonrío más que satisfecho, Tom me miraba curioso - ¿Qué sucede? – le pregunte sentándome a su lado, Bill tomo asiento frente a nosotros
-No sé, estás diferente- dijo calculando mi rostro- hay algo distinto… como brillo… no sé, tus ojos están muy brillosos esta mañana- me tomo la mano y la besó – Pero ya sé porque es- levanto una ceja y le sonreí coqueta
-Y yo te aseguro que no quiero saber- dijo Bill tapándose los ojos, riendo
Se fueron cerca de las 18hrs, Andreas paso por ellos, se encontraba más repuesto y empezó a acosar a Bill con preguntas. Javy llego media hora después y le mostré el vestido azul que usaría para la celebración, más los tacones y todos aquellos accesorios a juego que las reinas y el club de fans habían escogido para esa noche…
Sin saber que sería una noche…. Excepcional.
3 comentarios:
Si hablaras por un segundo por skype con la luz de este fic, tu comadre en México, juro que te diría lo qué Tom ve que brilla y ese médico de pacotilla no supo que decirte...
Yo na' mas te digo si tiene un ojo inchado... Por su culpota te pego
-Tú no tienes llenadera, ¡carajo!- dijo y explotó en risas xD- ¡Eres una ninfómana!
él tiene la razón!!
DIOS MIO SANTO!!!
A! A! A! aaaaaaaaaa
que belleza... Dios mio
ashfnaosufns....
ese Tomhhh.... digo digo Tom!
ahhh
ahorraré lo demás para el msn
te amo ninfómena! ahh no ... mana!
lub yu babe!
TU VISTE TOOOOODOOOO!
NO MAAMES!!!!
WEEE!
A!!!!!!!
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