Todos alguna vez estaremos Oliendo Pelusas.

¡Bienvenido seas alma perdida!

Anteriormente, hablando del año 2009, este espacio estaba dedicado a la publicación de sandeces, aka fan fiction de la banda alemana de poprockpunknoseque Tokio Hotel.

Sin embargo, después del tiempo que ha sucedido, la temática ha cambiado y, aunque en los archivos están aún esas sandeces, probablemente los escritos que aparecerán próximamente sean más de otros temas, que de la misma banda.

Éste sigue siendo su espacio, éstas siguen siendo sus letras, y esta siempre será la agonía de las palabras.


sábado, 20 de febrero de 2010

Capitulo LXVIII – Joyas

…Katherina…

-¡La he visto Luka!- festeje subiendo al auto y manejando hasta casa

-¿Cómo está?- pregunto desinteresado y provocó que me irritara… pero quería hablar de ella

-Se ve muy bien, hemos hablado un poco

-¿De qué?- rio irónico- ella seguramente no te recuerda, después de lo que Alice nos dijo

-Alice estaba en lo cierto- recordé la pequeña charla que habíamos tenido con ella un día antes- ella no sabe quién soy… pero eso es muy bueno ¿Lo entiendes?- pregunte esperanzada

-¿Qué?- volvió a reír- podrás ser su amiga de nuevo y ella no te odiara por lo que le has hecho ¡Qué conmovedor!- se puso las manos en el pecho simulando latir un corazón y termino de hacerme enfadar. Simplemente me calle y no le dirigí la palabra hasta que llegamos a casa. Bajamos del auto y cada quién a su respectiva habitación. La verdad es que él había dado en el blanco… ¡Yo quiero que ella me conozca como en verdad soy!

…Haruka…

-¿Qué pasa?- pregunto Bill sacudiéndome de un hombro, Rick conducía, me miraba extrañado mientras los gemelos y yo “conversábamos”, aunque me daba la impresión de que había estado ausente desde hace unos segundos

-Nada- le conteste secamente tratando de sonreír- bueno…- dije tímida- me he encontrado a alguien

-¿Conocido?- pregunto Tom frunciendo el ceño y después su expresión fue de un terror total, me tomo por los hombros y comenzó a sacudirme- ¿¡A quién!? ¡Dime a quién Matilda!

-¿Tom?- le cuestiono Bill asustado, sus ojos se cruzaron con los de su hermano y su mirada también cambio.

-¿Qué pasa?- pregunte confundida

Ambos respiraban con dificultad, se miraban como descifrando sus pensamientos, Tom me soltó y empezó a decir algunas cosas en voz baja mientras Bill negaba con el cabeza, preocupado. Yo no entendía, así que simplemente no dije nada. Metí la mano a mi bolsillo y saque el anillo. Lo puse en mi dedo y para mi sorpresa este entro con facilidad, como si siempre hubiera pertenecido a mis dedos, sonreí torpemente cuando Rick freno sin previo aviso, los tres chocamos con el asiento delantero, causándonos algún daño

-¿Qué te pasa?- le dijo Tom muy enojado, mientras me tendía una mano y yo colocaba la mía en mi cabeza, creí que estallaría, voltee a donde Bill que también se incorporaba un poco abrumado- ¡Pudiste habernos matado imbécil!

-¿De dónde lo sacaste?- dijo Rick yéndose contra mis manos, ignorando a Tom que lo vio más que molesto- ¡Dímelo!- me grito ensordeciéndome. Bill también lo miro y después su mirada se desvió en mi mano, muy bien adornada con ese anillo color azul

-Matilda- dijo entre pausadamente- te has encontrado con ella…

-Tom- le dije asustada - ¿Qué está pasando?

-¡Vamos a casa!- grito él completamente histérico, Rick arranco y en menos de diez minutos ya estábamos tras las puertas de nuestro hogar.

Ambos caminaron al estudio y yo me quede en la sala, Scott vino a acurrucarse a mi lado y lo acaricie por detrás de las orejas. Los gemelos llegaron más calmados a sentarse frente a mí. Hablaron con Rick, entro unos segundos después con algo en la mano

-¿Cómo era ella?- pregunto Bill, aparentando estar tranquilo

-Pues- comencé, a pesar de mis dudas por sus reacciones- alta, delgada, su piel es muy blanca, tiene unas facciones muy hermosas, sus ojos son negros, su cabello es color rojo, tiene una sonrisa muy particular y una mirada llena de angustia, su voz es suave…

-¿Te dijo su nombre?- pregunto Tom

-Katherina- dije sin titubear – me dijo que es fan suya, y que sabe cosas de mí por el internet, aunque para ser honesta, a mi me parece que no es del todo cierto

-¡Por supuesto que no es cierto!- dijo el menor de los gemelos con un tonito irónico y medio fastidiado, choco sus palmas a sus rodillas y después negó con la cabeza- a ver Rick, trae eso- le dijo señalando un lugar en la mesita, Rick se adelanto y coloco otro anillo frente a mis ojos, sólo que este es color amarillo

-¿Los vendían por pares?- pregunte ingenua

-Son cuatro en total Mat- comenzó Tom- ¿No lo recuerdas? ¿No sabes de donde son?

-Pues, si lo dicen de esa forma no puedo pensar en nada- me incline hacia la mesa y tome los dos anillos en mis manos

-¡Feliz cumpleaños!- le dije extendiéndole los brazos, ella salto sobre mi y beso mi abdomen obligándome a reír como una loca

-¡Por eso te amo perra! ¿Cómo fue que supiste?- pregunto con los anillos sobre las manos

-Te conozco Cat- respondí sonriéndole

-Espero no te moleste que salga a festejar mi cumpleaños con los chicos

-¡Oh Dios!- me levante asustada del sofá aventando las dos joyas sobre el suelo- ¡Es ella!- Tom corrió a abrazarme, yo ya estaba llorando sin consuelo

-No te hizo daño- trataba de calmarme mientras Bill hacia unas cuantas llamadas- ¿te hizo daño Har?- pregunto en cuanto me escucho un poco más calmada

-No- le dije hipando- ella esta tan preocupada, ella lloraba… pero ella no es ella ¿me entiendes?- le dije confundida, ambos nos sentamos y llego Bill a ponerse en mi otro costado- la persona que vi…. No puede ser ella, es que… ¡dios!- entre en desesperación- ¡Como puede ser que la persona que vi hoy sea ella, ese no es su rostro Tom!

-Calma Mat- Bill toco una de mis rodillas, con miedo a que me asustara, o eso parecía- Sabremos si es ella o no, pero…- dudo por un segundo

-Ya que podría ser peor Bill, si como dicen ya la he visto…-

-Esos anillos se los regalaste en su cumpleaños, no hay duda de que es ella. El primer un hombre de cana cabellera lo dejo sobre la acera cuando estábamos en París ¿Puedes recordarlo?

Forcé mi mente y sólo conseguí un dolor de cabeza… ambos desistieron en su cuestionario y me dejaron marcharme a mi habitación, ellos tenían otros temas que tratar ya que comenzarían con los preparativos de los conciertos, mientras yo seguía tratando de recordar… Katherina y Catalina ¿Es la misma persona?- ¡Cómo pudiste!- grite cayendo al suelo sobre mis rodillas, llorando. Mi cuerpo empezó a sentirse extraño, corrí al sanitario y para mi sorpresa conseguí vomitar, cosa que siempre me ha causado esfuerzo y dolor.

Camine mareada hacía mis cosas, desordene un par de papeles tratando de encontrar una foto, o algo que le perteneciera a ella. Encontré una pequeña libreta, un “diario” en el que solo escribo cosas pero jamás leo. Comencé a hojearlo y me canse a los pocos segundos… sentía la pesadez en mis ojos, caí sobre la cama, sentía su tibio mirar en cada rincón.

…Katherina…

-Debo verla de nuevo- dije azotando la puerta del estudio, en donde Luka leía un par de cosas, mostro su descontento al tirar todos los papeles que estaban en su escritorio. Tomo su pipa y la encendió, dejo salir el humo

-¿Para qué?- pregunto alzando una ceja, cerré la puerta tras de mí y me senté frente a él

-Quiero verla ¿Es que no lo entiendes? ¡Yo la amo!

-¿Y que sabes tú de amor?- pregunto sarcástico asomando su blanca dentadura de entre sus labios- solo eres una niña caprichosa que cree haberse enamorado de la primer persona que no la rechazó, que te trato bien y te recibió en su vida, en su familia y en su cama un sinfín de veces. A ella ni siquiera le importas

-¡Tú no sabes nada de nosotras!- dije llorando saliendo del lugar. Entre a mi habitación y cerré la puerta con llave.

-¿Has terminado el trabajo?- hice una llamada, le había pedido un favor enorme a Marco

-Todo se ha hecho como tú quieres ¿Dónde nos vemos para que te cuente los detalles?- pregunto orgulloso

-¿Sigues en el hotel?- busqué los tacones favoritos del tipo y unos cuantos accesorios, es hora de pagar con creces el enorme favor que me ha hecho

-Sí, estaba por darme un baño, te espero ¿Algo para tomar que guste la muñeca?- dijo riendo

-Ansío beber contigo una botella de Hennessy- le dije riendo aliviada

-No te tardes- colgó el teléfono y volví a salir de la casa. Luka me grito y corrí, no quería escuchar sus estúpidos argumentos sobre la moral y lo mal que acababa de hacer.

No puede hablarme de moral cuando él, después de darnos un par de besos, accedió a terminar con la vida de Alice, enredándola con su excelente don de la palabra.

-Y ya nada puede hacerse, Marco la ha matado- dije canturreando manejando hasta donde él me esperaba con, entre muchas otras cosas, los brazos abiertos.

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