Capitulo LXXV – Unintended [*] I

-No tienes por qué pedir permiso- le dije un poco extrañada por su comentario, el puso su mano en mi hombro y comenzó a acariciarlo

-No es eso, no creas que no me di cuenta que te lastime el otro día- dijo sentándose en la cama, me incorporé junto a él, me sentí un poco avergonzada- lo que menos quiero ahora es volver a hacerlo… pero extraño tanto el contacto con tu piel…

-No me lastimaste- dije tomando su otra mano entre las mías- sólo me sorprendiste, mi cuerpo… había pasado por muchas cosas

-Lo lamento- dijo agachando la cabeza. Ambos nos sentamos sobre la cama con nuestras piernas cruzadas, de frente, pero sin mirarnos- ¿Sabes que fue lo primero que pensé al verte?

-No- le contesté sonriendo y el volteo a mirarme- ¿Qué fue?

-“Qué chica tan hot”- dijo sonriendo de manera divertida

-¿En serio?- le dije riendo pícaramente

-De verdad, bueno Gustav me dijo que fuera a darle el visto bueno a las psicólogas, y yo iba con toda la intención de ser un galán, pero, para ser honesto, me enterneció verte con Allison en brazos

-Esa niña es un encanto, cuando vi a Gustav y me dijo que viviríamos la vida de Tokio Hotel, todo mi mundo se vino abajo, sabía que me iba a distraer terriblemente….- negué con la cabeza sonriendo- y después empecé a creer que me había tomado muchas pastillas para dormir y por eso o me había muerto, o definitivamente estaba soñando

-Estas soñando- dijo poniéndose en la pose de súper héroe causándome una carcajada

-Si van a estar jugando, por lo menos guarden silencio, la gente normal y no viciosa al sexo trata de dormir- dijo Zay tocando levemente la puerta

-Es cierto, ahora que lo pienso estos se han de divertir demasiado si Haruka es ninfómana y Tom el Dios del sexo- dijo Kony bastante divertida

-Puedo contarles si quieren todo lo que he tenido que pasar-Le remato Bill

-Basta de burlarse de nosotros, guardaremos silencio si ustedes lo hacen ¿Está bien?- dije fingiendo miedo total

-Has el desayuno mañana y nadie preguntara nada- dijo Geo en una risa, no me quedo más que aceptar, nos quedamos callados unos momentos, hasta que las luces de todos lados se apagaron, ya no se escuchaban cuchicheos, en ese momento solo podía escuchar nuestras tranquilas respiraciones

-¿Qué pasa?- le dije susurrando, me había dado cuenta de que él me veía fijamente, tras la oscuridad de la noche podía sentir su mirar

-Nada- contesto suspirando, se acerco y me besó, fue tan inesperado que me deje caer sobre la cama, mis piernas se estaban durmiendo, así que riendo, nos detuvimos y pude sentarme para que él me diera un masaje - ¿Qué sientes con respecto a lo de tu ex?- dejo su tibio movimiento y me cargo a una ventana, así podríamos ver nuestros rostros con la pálida luz de la luna

-No puedo decirte que me siento triste con su muerte, pero si desconcertada- le dije negando- no sé que hacía él aún en Alemania y aunque no era muy apegado a sus padres, no sé cómo tomarán ellos la noticia

-¿Quieres ir a verlos?- pregunto seriamente, lo pensé por un momento

-No, no tengo nada que hacer ahí, sólo fui una vez a su casa y su madre me trato horrible, no creo que esta sea la excepción- dije irónicamente

-Pero si tú eres un encanto- dijo frunciendo el ceño- Simone y Gordon te adoran

-Lo nuestro empezó diferente, tú eres diferente a cómo él era

-¿Cómo era?- pregunto curioso

-Un idiota- dije a modo de conclusión- ¿Por qué no estamos en la cama si hace frío?- dije tratando de esquivar su mirada

-Tengo calor- respondió- mucho

-¿Te sientes mal?- pregunte extrañada, toque su frente, pero no tiene temperatura alta, me sostuvo la mano y me recargo en la ventana, mi espalda se erizo por el contacto con el vidrio, estornude

-No- dijo tomando mi cintura y acercándola a la suya- Es Bill- dijo pícaro- se está vengando de todas las veces que se calienta sin saber porqué, así que nosotros debemos hacer lo mismo

-¡Vamos amor!- dije abrazándolo con una de mis piernas- Si Bill tuviera sexo cada que nosotros lo tenemos…. ¡Jamás saldría de casa!- me empecé a carcajear cuando Tom astutamente me cargó hasta la cama, quito mi camiseta y mi pants, dejándome únicamente en ropa interior. Nos metimos bajo las sábanas, me acurruque en sus brazos, mientras acercaba sus labios a los míos.

Fue un beso muy largo, en ocasiones yo estaba sobre su cuerpo, en otras más el sobre el mío, nuestras manos cambiaron muchas veces de posición, pero nuestros ojos jamás se abrieron.

Nos quedamos dormidos en medio de jugueteo, nuestros alientos se entremezclaron toda la noche, nuestras piernas estaban tan enlazadas…

-¡Despierten ya par de ninfómanos!- dijo Zel aventándonos un par de almohadazos en la cabeza- ¡Es en serio!- dijo riendo- ¡Dalila, ven y ayúdame con estos dos!- y ni lenta ni perezosa, antes de que pudiera defenderme, Dalila ya estaba sobre nosotros, después salió huyendo de la habitación, compartiendo con Zel y Kony innumerables carcajadas

-¿Te quedas aquí mientras preparo el desayuno?- le dije a Tom que parecía dormido

-Quédate aquí conmigo- me hizo señas sobre la cama- anda, dame de desayunar a mi primero- y sonrió

-No podemos ni llegar a pensarlo, no podríamos acabar con nada, mis niñas no se quedaran con hambre ni 15 minutos más- dije poniéndome de nuevo la pijama completa

-Con diez minutos tengo- dijo levantándose y tirándome sobre la cama, estaba mirándome mientras metía una de sus manos bajo la playera que me acababa de poner

-Si quieren traigo la video cámara, y después lo ponemos en la boda de tu hermano Haruka- dijo celosamente Kony recargada en el marco de la puerta, con las otras dos chismosas detrás de ella, aventé una almohada y ellas corrieron nuevamente, le puse seguro a la puerta y suspire recargada en ella

-Esto será imposible- dije riendo resignada, él alzó los hombros y volvió a acomodarse, dormiría un poco más. Hace un rato, mientras dormía, me llegó una hermosa visión, éramos él y yo, tomados de la mano, pero había música de fondo, una suave, tenue, sabía que la tenía en el Ipod que me había dado Zay, así que, antes de salir de la habitación, se lo puse en las orejas para que pudiera oírlo

-¿Qué es?- pregunto amodorrado

-Es la canción que te dedique desde hace años- le dije dándole un beso en la frente y saliendo de la habitación, cerré por dentro con el seguro, Geo también acostumbra despertarnos de esa manera, baje a la cocina y las tres tenían tazas de café frente a ellas, parecía que estaban a punto de enjuiciarme

-Son las 8 de la mañana, hace años que no me despierto a esta hora- les dije sacando un montón de víveres de todos lados

-Te falta contarnos algo- dijeron al unísono con la mirada más perversa que tenían- y queremos detalles…