Capitulo LXXXV – Hermanos

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El cumpleaños de Luca Schäffer fue celebrado en tiempo y horario establecidos, sonreía a todo el mundo. Ahora si fue una gran fiesta. Toda la familia de Gisela, incluidos los nuevos 5 bebés estuvieron presentes, mas la familia de Gustav, que en realidad era pequeña a comparación de la de la hermosa rubia que lo acompañaba, tiene alrededor de cuatro meses de embarazo y ya casi no se puede mover. El único que falto fue Pierre, no sé qué excusa puso, pero su ausencia la noto todo el mundo. Al día siguiente nosotros ya estábamos en camino a México, el sábado 16 de abril se acercaba a una velocidad impresionante y mi hermano esta que se lo consumen los nervios.

Georg se quedo en el DF, él, junto con Zay y el club de fans, llegarán dos días antes de la boda, Diana nos esperaba en el aeropuerto, nosotros solo cambiamos de avión. Ya que la casa de mi madre es todo un lío y nosotros somos más personas… a pesar de haber tenido unos problemas con la que era mi casa, decidimos quedarnos ahí.

-Cuando lleguen los demás habrá problemas de espacio- dijo Tom al acomodar nuestras maletas en medio del pasillo

-Será sencillo- le dije- por mala suerte el club de fans tendrá que quedarse en la habitación que era de Catalina, es la más grande y podrán acomodarse las tres sin problemas, las otras tres parejas solo nos sortearemos las habitaciones restantes

-Pero Zayra no se podrá quedar en el estudio, si le llegara a tocar- dijo Diana- sería más fácil asignarle una habitación desde ahora y que nosotros cuatro arreglemos en donde nos vamos a quedar

-Debo ordenar un par de camas, la habitación está vacía- dije entrando a la ex alcoba de Lucija- Y también una para el estudio

-Nosotros nos quedaremos en él, ustedes quédense en la de huéspedes- les dijo Tom llevando un par de nuestras maletas al estudio y recorriendo junto con Bill un par de cosas, llame para pedir un trío de camas de distintos tamaños, más una cuna…

Llame a mi hermano unos minutos más tarde, estábamos muy cerca de la media noche cuando alguien azoto la puerta, nosotros que estábamos en la sala de estar bebiendo un poco de alcohol, nos sobresaltamos, al ver el enrojecido rostro de mi hermano no pude evitar sentir un hueco en el alma que de inmediato me hizo soltar un par de lágrimas, trate de levantarme pero me embistió contra la mesa sacándonos un buen susto.

Estaba ahí, acurrucado en mi regazo, como cuando era pequeño. Respiraba agitado

-Tengo miedo- me dijo enredando sus brazos en mi cuello, yo lo envolví en los míos mientras acariciaba su espalda, comenzaba a respirar un poco más tranquilo cuando todos nos dejaron solos- ¿Qué tal si no soy un buen esposo para ella?- dijo mirándome con sus ojos cargados de lágrimas

-Vamos Carlos, eres el mejor hombre que conozco, y no creas que lo digo sólo por qué eres mi hermano, sino por qué te he visto crecer, te conozco más que tú mismo- y me reí ya que lo último en realidad es mentira, relajo un poco su gesto y volvió a recargarse en mi pecho

…

-Se ha quedado dormido- le dije a los chicos que fueron a ver que todo estuviera bien

-Vamos a dejarlo en el sofá-cama del estudio, hasta que lleguen las chicas nos moveremos de tu habitación- me indicó Tom

Me levante con dificultad, traía a la más grande de mis razones en mis brazos. Ahora es todo un hombre, uno enorme y bastante pesado, lo dejé con suavidad en la improvisada cama, le quite los zapatos, sus lentes, el reloj y le puse las cobijas encima, me acerqué a él y le di un beso en la frente- buenas noches- recité – que te cuiden todos los ángeles

-A ti también- me respondió sonriendo y Tom y yo salimos de la habitación…

-Oye- me decía tocando mi hombro levemente, yo sabía que estaba ahí, pero me negaba a abrir mis ojos- Matilda

-¿Qué quieres?- le dije molesta, odiaba cuando me despertaban tan “de esa manera”

-Ven, es que…-

-¿Qué pasa? - Abrí mis ojos y lo vi parado al lado de mi cama, traía su peluche favorito en sus brazos, su voz cortada solo me indicaba que había tenido una pesadilla, o simplemente que tenía miedo- Acuéstate aquí- le dije al tiempo que me recorría, él se metía bajo las cobijas con verdadera rapidez y se aferraba a su peluche. Volteando su rostro a donde pudiera ver el mío, cerró sus ojos, y yo coloque mi mano en su hombro

-Hermana- dijo acercándose un poco más a mí - ¿sí?- Le pregunte- Que te cuiden todos los ángeles

-Gracias, a ti también- le contestaba sonriendo- hermano- era mi turno, también me hizo la pregunta que ansiábamos todas las noches “¿sí?”- Que te cuiden todos los ángeles- le dije abrazándolo

-Gracias, a ti también…

-¿Qué tienes amor?- me dijo Tom abrazándome, estábamos en la cama quedándonos dormidos, ya era muy tarde

-Mi único hermano está a punto de casarse- le dije hipando

-¿Estás llorando?- dijo sorprendido tratando de ver mi cara que solo buscaba un lugar en su pecho, donde él no me viera - No llores, deberías estar feliz

-Si lo estoy- le dije enderezándome y caminando fuera del cuarto

-¿A dónde vas?- buscaba algo que ponerse, hacía calor y el solo andaba en bóxers, lo cual es de lo más normal, pero mi hermano está en casa y creo que Tom se siente ¿Cohibido?

-Al patio, necesito un poco de aire, quédate aquí ¿Sí?

-Estaré al pendiente por si necesitas algo- me dijo sentándose, me acerque para darle un beso y salí de la habitación. Camine un piso abajo y abrí la puerta donde se dejaba ver la banquita en la que Cat y yo siempre nos sentábamos a hablar de las banalidades que rodeaban nuestras vidas. Saque mis cigarrillos y empecé a ver el humo pasar frente a mis ojos

-¿Qué jamás piensas dejar esta madre o qué?- me dijo dándome un zape

-¿Y tú qué?- le dije aventándolo un poco, se balanceo sobre el suelo y después se sentó a mi lado- ¿Jamás piensas dejar la terrible costumbre de interrumpir mis noches?

-No- me dijo burlón- Si dejará de hacerlo, mi vida ya no tendría sentido, es lo que me hace respirar por las mañanas “Hoy voy a molestar a la obesa de mi hermana”- decía parándose frente a mi poniendo su puño en alto

-Síguele- le dije – Bien puedo amenazarte con lo del traje de conejito

-Eso ya está bastante trillado wakal – dijo negando con la cabeza- en definitiva debes sacar anécdotas nuevas

-¿Cómo aquella vez en que te volas…

-Ok ya entendí, basta de anécdotas nuevas- dijo interrumpiéndome precipitadamente, a pesar de que no había nadie más que nos escuchará

Nos quedamos callados un par de minutos, se ve igual, como cuando todavía éramos unos niños y nos daba miedo el crujir de las puertas

-¿Cómo va todo con Tom?- preguntó sentándose

-Va muy bien- le respondí suspirando- ¿Y tú? ¿Qué me dices? ¿Estás preparado?

-¿Recuerdas como estaba la primera vez que la vi?- me dijo bajando la voz y mirándome con complicidad, asentí acercándome a él mientras cruzaba mis piernas sobre la banca- me siento exactamente igual que aquel día, nervioso y expectante, pero ansioso, ya quiero decir “Si te acepto como la mujer de mi vida”… Siento que no han pasado los años desde la primera vez que la estreché en mis brazos…

Y seguía hablándome maravillado, mientras yo pensaba en él, en todo lo que significaba para mí, que simplemente lo es todo. En todas las noches que me la pase rezando para que él dejara de llorar, dejara de tener miedo y pudiera encontrar su camino, y lo feliz que fui cuando lo encontró…

-¿Me estás poniendo atención?- dijo tronando los dedos frente a mis ojos

-¿Qué? No, lo siento, me perdí ¿Qué me decías?

-Eres una tarada ¿Ves? Nunca me haces caso ¿En qué demonios pensabas?

-En que te quiero mucho- le dije mirándolo y sintiendo el interminable nudo en mi garganta, el también me miro y se sonrojo

-Yo también te quiero mucho- respondió bajando la mirada- aunque seas una tarada…

-Tarado tú- le respondí cuando se recargo en mi hombro y nos abrazamos….