Capítulo 27 – Y te odiaría... mamá...

-Mami- solloza mi pequeña- ¿Ya me dices cuando vendrá papá?

Y yo moría... cada que me preguntaban por su padre... las cosas habían sido tan complicadas que ni siquiera había podido asimilar que Guillermo se había suicidado en mis narices...

-Ya no vendrá, Rene- le digo besando su cabeza y acariciando sus finos cabellos

-¿Por qué?- me grita pataleando deliberadamente, trato de calmarla abrazándola más fuerte a mi cuerpo

-Pues- comienzo, ella se detiene para ponerme atención- Hay veces en las que las personas... se van... como si fueran a un viaje ¿Recuerdas cuando fuimos a ver a tu abuela a Francia?- le pregunto y ella asiente con su cabecita- Pues papá fue a un viaje de esos... pero el ya no regresará, el tiene muchas cosas que hacer y ya no tendrá tiempo para venir a vernos...

-¿Ya no nos quiere?- me pregunta poniendo su manita dentro de su boca... yo recuerdo lo que el me dijo antes de dispararse... ellas siempre serán mis hijas...

-Sí mi amor, tu padre las ama... a ti y a tu hermana. El siempre pensará en ustedes, siempre vigilará sus sueños como lo hacía todas las noches...

-Yo voy a extrañar mucho a papá, yo más que tu y más que mi hermana también...- dice y voltea su cara a mi pecho. Me alegro en cierto modo de que ella entienda que su padre no volverá... aunque sospecho que las cosas se pondrán cada vez más difíciles en casa.

Con toda la gente que ahora entra y sale con ganas de saber.. con morbo, con al afán de molestar... con el deseo perverso de encontrar la respuesta a su muerte temprana, y también los diplomáticos que solo se interesan en saber cuando asumiré el cargo que le correspondía a mi esposo... apenas hace dos días de su muerte y al fin llegará hoy a casa su cuerpo... las ceremonias de honor a su valiente persona se realizarán y yo no podré contener mi deseo de llorar.

La verdad es que a su lado jamás fui feliz, pero no deseaba su muerte... mucho menos como ocurrió. En una noche solitaria... de pronto solo se disparo diciendo cosas que aún no puedo entender...

-Tu nos estás mintiendo- dice de pronto la aguda voz de Julia, mi otra niña. Parada tomando la mano de su abuela, mi queridísima suegra. La señora me sonríe falsamente y deja a mi hija caminar hacía donde nos encontramos su hermana y yo... me ve con tanto desprecio...

-¿Qué pasa cariño?- le pregunto tratando de acariciar su cara, ella en seguida da un paso hacía atrás y Rene se le queda mirando. Ambas con sus pequeños vestidos negros y sus peinados formales, me hacen recordarme, cuando sufrí el entierro de mis propios padres. Ahora ellas pasan por lo mismo, ellas a sus 8 años tienen que despedirse de su papá que tanto las amo y tanto las consintió.

-Tu dices que mi papá se murió por un accidente y eso es mentira- me dice duramente y yo me quedo perpleja, sin saber que decir o que hacer, volteo a ver a mi suegra, para mi fortuna ella ya no esta en aquel lugar- ¡Tu mataste a mi papá!- me grita enfurecida y llorando sin control. Rene se pone junto a ella y la abraza, pero voltea a verme con los ojos llenos de lágrimas... con su expresión de completa confusión

-Eso no es verdad mi amor- le digo poniéndome de pie tratando de abrazarla, pero ella corre desesperada... y Rene la sigue sin saber porque...

-¡Te odio!- grita en medio del pasillo, haciendo eco... mi dolor solo me deja escapar un sollozo amargo... lágrimas de rabia...