Capítulo 31 – Las princesas de rubios cabellos...

-Me da gusto que estés aquí- le digo sonriendo apenada

-Tu casa es hermosa, y sobre todo ¡grande!- dice emocionado

-Aquí esta lo que me pidió- entra Pepa con una bandeja llena de galletas y café

-Gracias Pepa- le dice Tom – me da mucho gusto verla otra vez

-A mi también, joven Tom- le dice dándole un beso- se ve muy bien, los años le caen de manera magnífica, no que a una, nada más la maltratan

-Vamos Pepa, si los años se le ven muy bien- le dice tocando la trenza que tiene recargada en su hombro

-A usted le gusta sonrojarme, joven Tom- le dice ella riendo

-Es la verdad- le dice sinceramente mientras le sonríe – Ya no me la paso conquistando hermosas señoras, ahora tengo 31 años

-El que nace siendo un conquistador muere siendo un conquistador- le dice poniendo los ojos en blanco, se da la vuelta y nos deja solos

-Ella es un amor- dice señalando el lugar en el que estaba parada- y tu te ves muy bien

-Tú también- le digo ofreciéndole café- me sorprende que estés aquí

-Pasaba por aquí y pensé que sería bueno visitar a mi mejor amiga- dice extendiéndome la mano, me siento a su lado y comenzamos a vernos sin decirnos absolutamente nada

-Le llamaré a las niñas para que vengan a saludarte- le digo poniéndome de pie, cuando la puerta se abre sigilosamente y las dos traviesas se van empujando una a la otra

-Hola bebés- les saluda Tom primero, ellas de la nada se detienen y se le quedan mirando

-Buenos días joven- le dicen a la par

-Buenos días, hermosas niñas, vengan a saludar al tío Tom- les dice de nuevo hincándose frente a la silla, ellas me miran y yo asiento con mi cabeza, se le acercan y extienden sus manos, el las besa con delicadeza y las acerca a él dándoles un abrazo

-Mami, no sabíamos que teníamos un Tío Tom- me dicen a la par, otra vez

-Lo tenía escondido porque es un hombre muy feo- les digo riendo, hincándome junto a Tom, el me saca la lengua y las niñas terminan imitándole.
Extrañamente, no me molesta... parece como si ellos se conocieran desde siempre y comienza a gustarme, hablan de algunas cosas, ya que mis hijas hablan un alemán perfecto, hacen bromas con él y tocan su cabello, se le acercan mucho, tocan sus manos y su cara, como si lo estuvieran reconociendo después de mucho tiempo de no verlo, el también las ve, las admira y se ríe con cada cosa que le dicen, las abraza, les hace cosquillas y besa sus mejillas con una ternura fuera de límites. Me siento muy a gusto, los dejo jugar, ahora ellas parece que le mostrarán su escondite favorito tras el escritorio

-¡Las atrape!- grita lleno de euforia con ambas niñas en brazos

-...y la familia completa...- dice una voz femenina, bastante conocida para nosotros, todos nos quedamos estupefactos cuando Óscar abre la puerta y viene acompañada del brazo de Bill

-Hola Rob- me saluda Shara y va a abrazarme, yo la recibo gustosa, hace un par de semanas que no la veía y no sé que misterios se traiga entre manos, pero me llena de emoción saber que me esconde algo

-Pensé que no llegarías- le digo pasando inmediatamente a los brazos de Bill, el me ve lleno de ternura mientras me percato de que huele mi cabello y desenreda las puntas onduladas de el

-No te había visto bien, pero la maternidad definitivamente te ha caído muy bien- me dice acariciando mi rostro

-Gracias- le digo sonriendo- llegas justo a tiempo para las galletas, sino es que tu hermano se las ha terminado todas- los tres reímos y volteamos a ver donde las galletas estaban...mejor dicho, debían de estar, ahora había muchas boronas en las bocas de mis hijas y de su feo tío Tom
Un par de horas tal vez nos pasamos conversando mientras los gemelos presumían de su buen trato con mis hijas, Shara nos veía curiosos, se que muchas cosas pasan por su cabeza y me gustaría saber que son.

-Me voy a llevar a mis sobrinas- canturrea Bill con Julia en los hombros

-¡Hey!- escuchamos un grito que nos ensordece, para los demás desconocido, para mi no tanto. Mi marido había llegado antes de tiempo...-¿Qué esta pasando aquí?

-Guillermo- le digo sonriendo y acercándome a él que también me sonríe y me saluda con un beso lleno de ironía- Que bueno que ya estás en casa, llegaste antes de tiempo

-Dejé a Saul encargado de lo demás, espero no causarte muchas molestias

-Para nada- y para mis adentros muero de risa, sé que más tarde me reclamará todo esto y más- ¿Conoces a los gemelos Kaulitz?

-No tenía el gusto- me dice sonriendo y los mira atentamente, como tratando de que con su mente ellos lograran explotar- Guillermo de la Villa del Villar

-Bill Kaulitz- interviene el menor de inmediato, extendiéndole una mano y sonriendo amigablemente- es un placer conocerlo al fin

-Tom Kaulitz- se acerca Tom esta vez, al momento en el que estrechan sus manos, siento que ambos saben más de lo que deberían del otro, es un sentimiento muy extraño- tu casa es muy grande- le dice Tom intentando ser gentil, Bill hace un gesto lleno de confusión y Guillermo le sonríe como si hubiera ganado una batalla

-Que tal Shara, no te había visto- le dice en un tono hasta grosero, le besa las mejillas sin dejar de mirar a los gemelos

-Mandaré por más galletas- les dije rompiendo con el silencio

-No te molestes mi amor, no me quedaré por mucho tiempo- dice tomándome de la mano, gesto extrañamente inusual en él- vine a ver si necesitaban algo -¿que clase de cosas podríamos necesitar? Me pregunte en silencio- y a saludar a mis hijas, pero creo que ya no me quieren- les decía y esperaba que bajaran de los hombros de los Kaulitz

-Vengan a saludar a su papá- les dije y ellas me dijeron que no, divertidas comenzaron a reír mientras se abrazaban más a las cabezas de los enormes alemanes, ellos la pasaban bien en realidad

-No hagan enojar a papa, nosotros nos quedaremos un rato más- les dice Bill bajando primero a Julia que estaba en sus hombros y después a Rene que estaba en los de Tom, ellas se abrazaron después a sus piernas, el momento era muy gracioso

-¿Te vas a quedar para siempre a jugar con nosotras?- le pregunta Rene a Tom

-Claro que si pequeño tarrito de miel, ahora debes ir con tu papá- le indica con un tono dulzón que jamás le había escuchado, me llena de ternura que Bill y Shara notan, echándome una mirada muy dulce también

-Yo los había visto antes, pero los recordaba distintos- les dice tomando a ambas niñas de las manos- hay algo diferente en ustedes que me hace casi no identificarlos

-Seguro es el cabello- le dice Shara viéndome y después viendo a Guillermo- tu sabes como es eso de ser famoso, debes estar en constante cambio ¿No es así chicos?- les pregunta con una sonrisa encantadora a los gemelos que están extrañamente callados

-Si, así es- responde Bill viéndola a ella, después a mi y al último ve a Guillermo que nos esta observando de manera hastiada- seguro la última vez que nos viste nos veíamos más jóvenes, más delgados

-Menos guapos- irrumpe Tom lo silencioso que se estaba volviendo todo

-Seguro es eso- les dice Guillermo – con su permiso- y camina lentamente fuera de la habitación, como esperando que alguien lo detenga

-Sin mencionar que Tom es de nuevo rubio- dice Shara acariciándole la cabeza- ya sabes Guillermo, primero con sus rastas rubias, después con sus trenzas negras y ahora con sus peinados extraños rubios

-Así que rubio ¿huh?- parece que infiere algo, levanta una ceja y sale de la habitación dejándonos con más dudas que nunca...volvemos a las sonrisas... a la calidez...